lunes, 25 de mayo de 2015

Sincronía.

´El ojo con el que veo a Dios y el ojo con el que Dios me ve son uno y el mismo'. 

Las sincronicidades son esos momentos de coincidencia cuando el límite entre lo interior y el exterior se disuelve en el infinito ahora significativo del tiempo presente. Las coincidencias son mensajes codificados provenientes de la inteligencia no delimitada de lo simultáneo.

Siendo el tiempo pura ilusión, la única realidad del tiempo, en el plano del Creador del Tiempo, es el Principio y el Final del Tiempo, que son idénticos. Tanto al Principio del Tiempo, como al Final, se encuentra la No Manifestación o la Muerte Final de todo lo anímico.

Centrado en el ojo pineal o tercer ojo Uno se vuelve el testigo consciente que no se identifica con el pensamiento.

Los eventos no-causales son eventos mentales sincrónicos cuya causalidad postula un mecanismo físico para dar cuenta de las correlaciones significativas entre los eventos urdidos.

La causalidad física y la causalidad mental son categorías de fe, desconcertantes correlaciones que eventualmente son explicadas por extensiones directas del estado ordinario de conciencia, ante la posibilidad que diferentes hechos cognitivos e intelectuales puedan tener insondables correlaciones comprensibles y causales.

Su causalidad específica y sincrónica de ser, representa las relaciones causales y genuinas que somos incapaces de comprender satisfactoriamente debido a los límites inherentes de la condición humana.

La sincronía absoluta es una relación auténtica y significativa entre los eventos que en realidad son no-causales. Siendo la causalidad una realidad mental, no una realidad física o externa que simplemente se observa o descubre, es decir, la proyección de una operación psíquica en el mundo externo. 

Las sincronicidades son expresiones de la naturaleza onírica de la realidad, ya que resultan en momentos temporales cuando la naturaleza atemporal y onírica del universo resplandece y se revela abiertamente, ofreciendo un portal a la lucidez.

Debido a que es tan radicalmente discontinua con la noción convencional de la naturaleza de la realidad, la experiencia de la sincronicidad es literalmente alucinante.

En una sincronicidad, dos sistemas-mundo heterogéneos, el causal y el acausal, por un momento en el tiempo se entrelazan y se interpenetran entre sí, lo que a la vez es una expresión temporal que genera un aspecto de nuestra integridad que se manifiesta.

El universo sincrónico empieza por hacernos participar en su creación durante esa secuencia de momentos, siendo algo parecido a un acto de creación proyectado en el tiempo.

La sincronicidad es la más desconcertante y misteriosa de las discontinuidades de la física. El poder soberano de la causalidad hace que parezca impensable que existan eventos sin causa que jamás podrían coexistir. Pero si lo hacen deben ser considerados como actos creativos continuos de un patrón que existe desde siempre, que se repite de forma esporádica, y no es derivable de los antecedentes conocidos ni sucesivos, o de la eterna presencia del único acto creativo.

Las sincronicidades son cristalizaciones del destino en el tiempo lineal de un tiempo no lineal y no causal, un proceso atemporal cuyo ámbito fuera del tiempo y del espacio torna un mundo de participantes activos en y de un acto creativo.

Como expresión de la naturaleza onírica de la realidad, las sincronicidades resultan intemporales y temporales, es decir, están poseídas de una naturaleza doble con respecto al tiempo del proceso mental que se forma a través del mundo aparentemente externo, un recurso que la psique interior exterioriza, cuando están inseparablemente unidas como una sola realidad.

Las sincronicidades son tanto el vehículo a través del cual se percibe lo complejo, y una expresión del hecho de tomar conciencia de la naturaleza de ensueño del universo y sus emanaciones de alerta que se proyectan en el ahora.

La Ley de la Atracción afirma que por resonancia emocional uno atrae sincrónicamente desde el exterior aquello que resuena en su propio interior, y que también puede llevar a su vida aquello en lo que fuertemente se enfoque.

Lo de no-localidad quiere decir que no está obligado por las leyes convencionales del espacio-tiempo, además de ser multi-dimensional en el más profundo sentido de soñar, ya que auto simultáneamente puede expresarse a través de las experiencias internas, así como mediante la atracción de eventos en el mundo aparentemente exterior que encarna ante sí mismo.

Cuanto más profundo se sueña más consciente es la inspiración para que la experiencia interior sea reveladora de un resultado transformador, siendo éste un soñar no-local de múltiples facetas y canales dispuestos y envueltos en todas las dimensiones del campo de una vivencia psicofísico singular en la que la unidad del espíritu y la materia se hacen visibles sin el proceso pasivo de soñar.

Un recurso abierto para que el universo sincrónico se manifieste en forma materializada y se exprese en un quanto enredado, interdependiente e inseparablemente fusionado en la co-creación de la sincronicidad de los demás, ya que no sólo le pertenece a una conciencia individual, sino que participa en la sincronicidad al mismo tiempo de tener una experiencia de vivir tanto en y de su propia sincronía, reflejo de un proceso universal más profundamente urdido.

Un evento sincrónico es una revelación que contiene en su interior la potencia de insinuarse en nuestro ser para alterarnos desde dentro.

Cabe destacar que un evento sincrónico puede ser mutuamente compartido en forma similar singularmente única. Nadie puede ser convencido que su experiencia sincrónica deba descartarse como una mera coincidencia, ya que posee un conocimiento interno de su significado debido a la forma en que transformó la realidad, por su naturaleza que exige participación activa, ya que es algo más que pueda limitarse a ser observado y afectado pasivamente, e imbuido de otro significado.

Las sincronicidades pueden transformar a un nivel celular, ya que son cristalizaciones dentro y fuera del espacio de la conciencia misma que se forman a sí mismos en nuestra dimensión como una expresión de la conciencia del uno que ya está despierta en vigilia.

La naturaleza de la sincronicidad es en última instancia inherente reveladora, ya que ofrece una realización activa y participativa con papel de co-creación en el desenvolvimiento del universo. El registro de la revelación incrustada en el momento sincrónico tiene necesariamente una expansión de conciencia, como el lente a través del cual se ve, interpreta y da sentido a la experiencia ampliada a través de la propia sincronicidad.

Debido a tanta riqueza de sentido, un evento sincrónico afecta y profundiza el estado de conciencia y la percepción, que es otra forma de decir que las sincronicidades son expresiones de la conciencia misma. Aunque al igual que los símbolos en un sueño, las sincronicidades no existen objetiva e independientemente de la propia mente. Los momentos sincrónicos se sienten como una gracia, ya que inducen la sensación de estar en lo correcto donde se supone debe ser.

Las sincronicidades tienen un fuerte componente de sentimiento y carga emocional, que son a la vez expresión del tiempo que fluye simultáneamente al influir y alterar el campo circundante de la conciencia. Manifestación del campo en su conjunto, las sincronicidades son un fenómeno reflejo de lo no local subyacente en la conciencia más profunda despierta a sí mismo a través suyo. Un evento sincrónico compartido resulta una experiencia de estar conectado a algo vivo mucho mayor.

Las sincronicidades son como brotes agudos cristalizados del campo común de la mente a través de la tercera dimensión interpuesta del espacio-tiempo trascendental del Uno mismo, reino unitario unificador que subyace, impregna y contiene todas las dimensiones de la experiencia.

Realidad psicofísica del universo más allá del tiempo y fuera del espacio en el que la mente y la materia están inseparablemente ligadas a un campo unificado más profundo.

El Uno es un dominio más allá de la dualidad, más allá de los opuestos, más allá incluso del concepto del allá donde la materia y la mente conforman los aspectos exteriores e interiores de la misma realidad trascendental, revelada en sus diseños mediante eventos sincrónicos en el mundo exterior, el paisaje psíquico interno en fase con las pistas sincrónicas codificadas dentro de la experiencia del Uno.

Paradójicamente, las sincronicidades son la vida misma sin la mediación materializada del inconsciente, siendo al tiempo una manifestación no localizada de la propia conciencia expandida.

Las sincronicidades ocurren de pronto en la dimensión de la experiencia que personaliza la imaginación del existir y su vivencia. Al estar absortos identificamos la perspectiva hasta convertirla en el trance de un punto de vista particularizado que desarrolla vida propia aparentemente autónoma y se convierte en un circuito de retroalimentación que refuerza la experiencia del sí mismo, el verdadero Yo en cumplimiento de una profecía vital, e identificarse fuera del punto de referencia fijo del ego que limita nuestra libertad, atrapa nuestra potencia creadora y dificulta nuestra compasión.

Sin embargo, en la medida en que se reconoce la naturaleza de ensueño de nuestra realidad, salimos de un punto de vista reduccionista basado en la causalidad lineal, es decir, de la perspectiva del ego encapsulado en la piel ilusoria de una imposición gregaria que nos hace representar roles en el drama eterno, mítico y divino de la encarnación.

La sincronicidad presenta al mismo tiempo una dinámica a la vez personal y colectiva, cual momento de ser un punto específico más que una dinámica más profunda dentro de la mente que se activa a nivel no-local y se expresa sincrónicamente a través del mundo aparentemente externo , así como dentro de uno mismo.

A saber, lo sincrónicamente activado de forma individual, lo está también colectivamente. Indefinible, es como extender un instinto psicológico o campo informativo de influencia que muestra los patrones de la mente, una experiencia del mundo que nos rodea y la forma en que lo experimentamos.

La sincronicidad, espíritu revelador, es pura información no local que ejerce su influencia y vaporiza los límites ilusorios que median y conectan el interior y el exterior, lo consciente y lo inconsciente, el sueño y la vigilia.

Las sincronicidades ocurren en momentos de profunda excitación de campo circundante; momentos de crisis, transición, tensión creativa o intensidad dinámica. Se activan y precipitan por el campo como una expresión sincrónica del mismo campo que las activó. Los períodos de perturbación son a la vez manifestación y detonante de un acto correspondiente que debe hacerse sincrónicamente visible en tal forma.

Las sincronicidades son revelaciones de último momento. Al igual que un sueño, todo coincide con el paisaje onírico de vigilia. Hay una profunda e íntima correlación sincrónica entre lo que está sucediendo en lo profundo del inconsciente colectivo y lo que se precipita en la representación personal de la vivencia.

El sueño de una persona es un reflejo de su proceso interno y a su vez es un reflejo de un proceso que se está muy dentro del inconsciente colectivo que da forma al ego. El sistema axial subyacente es el esqueleto de un cristal emergente del patrón que estructura el propio inconsciente.

La experiencia de disociación del Uno polariza y faculta a su parte escindida a proyectarse fuera de sí misma y de expresarse, actuando por sí sola en el mundo exterior. Ora poseídos por nuestra parte escindida y aquello que inconscientemente representa en el mundo, ora proyectando soñar el universo aparentemente externo que actúa hacia fuera del Uno.

Esta es otra manera de decir que el universo de vigilia es una función de la conciencia, o de la falta de ella. Cuando sincrónicamente una urdimbre se manifiesta en forma de cuerpo completo en el mundo exterior, su revelación se localizada por completo en el tiempo y está necesariamente correlacionada con una manifestación sin mediación de una condición fundamental no local que exista simultáneamente tanto fuera del tiempo cuanto en el interior eterno de uno mismo.

Un sincronismo revela el mundo exterior como reflejo de una condición que se efectúa internamente. La materialización externa y sincrónica del proceso interno en sí es el vehículo a través del cual el proceso expresivo actúa en el espacio-tiempo, porque el espíritu que anima las sincronicidades es el mismo espíritu que inspira los sueños y arregla situaciones vivenciales como forma de sincronizar el uno en sí mismo, lo que le impulsa a una mayor alineación con el campo de implicación de la posibilidad abierta de encontrarse de nuevo en cada momento.

En la medida en que se percibe la naturaleza onírica de la realidad, el universo se convierte en un oráculo con despliegue continúo a medida que nos convertimos en una revelación para nosotros mismos.

En una sincronicidad se lleva a cabo la conjunción de dos principios cósmicos, la mente y la materia, en el proceso de un cambio real de atributos.

Las sincronicidades son emanaciones sagradas de la alquimia donde los opuestos espíritu y materia recíprocamente se informan como los une la conjunción eterna de vivir y encarnar la realización de la unidad del espíritu y la materia cual evento sincrónico que se nos está revelando.

La guía del espíritu está surgiendo y se expresa desde dentro de la  materia a la espera de ser reconocida. Subjetivamente, fenómenos sincrónicos evocan la sensación de que no estamos solos, de que hay un socio silencioso con quien compartimos la vida. Es como si hubiera un factor autónomo en lo profundo de nosotros para organizar nuestras experiencias con el fin de ayudarnos a despertar en la realidad, parte integrante de un evento sincrónico es su sentido de conocer totalmente al otro, ya sea dentro de uno mismo o por medio del mundo exterior.

Paradójicamente, a través de sincronicidades nos conectamos con nosotros mismos para hacer una presentación a la parte nuestra que es distinta a como nos imaginamos ser. Reconociendo la matriz sincrónica de los patrones de la experiencia, capacita para ser socios creativos, cooperativos y activos durante el proceso del despertar propio en la medida que reconocemos la naturaleza de nuestro universo onírico de vigilia que resulta del grado en que la vivencia se experimenta como sincrónica al presente.

Una vez que llegamos a estar lúcidos en nuestro sueño de vigilia y reconocemos vivir en un universo sincrónico de naturaleza propia, el universo no tiene más remedio que cambiar de forma y reflexionar hacia la realización de materializarse sincrónicamente, lo que simplemente implica el reconocimiento de la red sincrónica subyacente que siempre está tejiendo en sí a través de nuestro existir.

Las sincronicidades son la forma de propagar y ‘contagiar’ conciencia. Esto es análogo a estar dentro de un sueño y verlo como si fuera un suceso que tendría el efecto instantáneo de permitir que el sueño manifieste más profundamente su naturaleza de realidad, del mismo modo que vivimos en un universo sincrónico, y al reconocer esto permitimos que el universo se manifieste más sincrónicamente, como otra dimensión para recrear y enriquecer nuestro ser.

La conciencia sincrónica reconoce el carácter sincrónico del universo que ha de alcanzar la realidad de la vida. La conciencia sincrónica es la invocación y la revelación de la eterna presencia del único acto creativo que todos compartimos y participamos. La conciencia sincrónica activa se reproduce en y por el campo de la auto-generación natural que está naciendo en sí a través de nuestra conciencia en el mundo.

Un campo que está listo para estimular y estabilizar la lucidez que se conjuga en la fase en que reside el Uno, corazón abierto de la conciencia sincrónica que activa sin cesar no localmente de forma fractal el genio colectivo que se reitera a través del espacio-tiempo, materializándose en la vida misma, y creando en el proceso un universo de revelaciones.

25 comentarios:

  1. 'Todo está en todas partes, cualquier cosa es todas las cosas, el sol es todas las estrellas y cada estrella es todas las estrellas y el sol.
    La forma del hombre universal está contenida en la imagen del hombre particular, siendo su base y su materia; la imagen del hombre particular está contenida en el cuerpo que es su base; la forma del cuerpo es una imagen compuesta y envoltura de la forma del hombre particular, que es figura compuesta y envoltura de la forma universal, imagen y figura del alma universal, figura y envoltura de la razón universal, figura y envoltura de la luz, pues es más creadora que ella.
    La razón y la luz son la materia de la razón universal, siendo igual para lo que está bajo ello; lo superior es siempre materia de lo que está debajo y por añadidura su base, siempre forma para lo que está arriba de ello y por añadidura su componente'.
    Picatrix.

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    1. Oscuro es el camino de la vida que viajo. Llene mi cuerpo tu espíritu de vida. Llena mi cuerpo con el espíritu de luz. Ven desde la flor que brilla a través de la oscuridad. Ven desde los salones que gobiernan los siete señores: Libérenme de la oscuridad y la esclavitud de los hermanos de la noche y llénenme con luz. El sol seas tú en el ciclo superior.

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    2. En esencia, Dios era un ser con cuerpo y alma que podía ser visto, que tenía un vehículo y forma física. En la actualidad se piensa en Dios de una manera diferente. Se cree que es un ente abstracto e inmaterial que expresa una fuerza o energía cósmica incomprensible. De esta manera, Dios se confunde en las fuerzas de la naturaleza. Cualquier fenómeno o causa producida por leyes naturales se tiende a ver como obra de Dios.
      Pero ello no es así, Dios es un ente vivo de inconmensurable sabiduría y poder pero no es la naturaleza misma. Por tal causa, Dios se vale de su gran dominio de las leyes naturales para manifestar su poder.

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  2. Un Big-Bang o Gran Explosión, hace miles de millones de años, habría formado todos los mundos del universo, cuando toda la materia del cosmos estaba concentrada en un átomo primitivo, una masa densa cuya cohesión mantenía a las partículas unidas al núcleo; las enormes fuerzas se multiplicaron de tal manera que el trozo de materia explotó.
    Todos los fenómenos ondulatorios como la luz y el sonido, producen el llamado efecto Doppler, que consiste en la alteración del tono que se comprueba cuando la fuente emisora del sonido o bien el observador están en movimiento; al aumentar la distancia entre fuente y observador, el sonido cobra un tono más bajo, al disminuir la distancia entre ambos, el tono se vuelve más agudo.
    Tratándose de la luz, se observa durante el movimiento de la fuente luminosa hacia el observador un desplazamiento del espectro hacia el azul y durante el movimiento de la fuente luminosa alejándose del observador se observa un desplazamiento hacia el rojo.
    Basándose en el efecto Doppler, se puede medir la velocidad de todas las estrellas porque se ha demostrado que la composición química es la misma en todas ellas y presentan condiciones físicas análogas.
    Las galaxias se alejan con velocidades proporcionales a su distancia de la
    Tierra. Conociendo las velocidades, que son función de su distancia, como asimismo las direcciones en que se mueven, puede calcularse cuándo estuvieron todos reunidos en un mismo lugar. Mediante este método del desplazamiento hacia el rojo del espectro, se ha podido calcular la edad del universo.
    La fuerza primitiva incorpórea y determinante se transformó en materia: Ello conocía lo que sucedería después de la explosión. Ello deseaba adquirir experiencia viva.
    Ya no existe más la conciencia original centralizada, no obstante todo estaba programado en el futuro después de la explosión: todos los componentes elementales volverían a encontrarse nuevamente en el centro de la explosión. Cada elemento trae a su regreso algo nuevo, s contribución a la primitiva conciencia personal del gran Ello. Este enriquecimiento de la conciencia personal es la experiencia personal. Desde el momento de la explosión hasta el instante del regreso a la fuente central, nadie sabía que era solamente una ínfima partícula de la gran conciencia. Si uno de estos elementos con su limitada capacidad hubiese podido plantearse la pregunta ¿cuál es el fin de esta loca carrera? o bien ¿quién me ha creado, de dónde vengo?, no hubiese podido encontrar respuesta alguna. No obstante, era comienzo y fin de un acto épico, de una especie de «creación» de la conciencia enriquecida en una nueva dimensión: la experiencia.
    Todos partes constitutivas de ese Ello primitivo. Siendo que el Ello (Dios) decidió transformarse en materia, es por consiguiente a la vez la creación y un producto de su creación.

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  3. El Ojo que Todo lo Ve -Ojo del Mundo, incluye siempre la marca del Tercer Ojo, u Ojo de Horus o de Ra- se puede comparar al despertar y restauración espiritual de una persona que ve la verdad de las cuestiones y las cosas con ojos de sabiduría y compasión, y que luego puede eliminar de la psique aquello que es sensación polarizada de lo opuesto, que bloquea la manifestación de la conciencia divina. Se trata de una especie de destrucción creativa transformadora hacia la conciencia superior.
    El Ojo que Todo lo Ve se utiliza como amuleto y talismán de protección divina, y para ganar sabiduría y comprensión del mundo, una transformación positiva desde acontecimientos de la vida del sí mismo.
    También podría representar partes del cerebro utilizadas para manifestar la conciencia, ya que coincide con un corte de la sección transversal del cerebro medio, donde el tálamo, la glándula pineal y la pituitaria se sitúan.
    De la glándula pineal se dice que es el Tercer Ojo, un centro cerebral de espiritualidad y discernimiento, y un cristal dimensional interno que desarrolla la conciencia superior en el individuo.

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  4. La sustancia que penetra el alma se expresa como karma, lo que vuelve a llevar al renacimiento. Resulta que los pensamientos de toda forma de vida influyen sobre sus obras. La sustancia del mundo es la sustancia del espíritu.
    No existe la materia como tal. Toda la materia surge y se sustenta únicamente en virtud de una fuerza que hace oscilar las partículas.
    Toda existencia es un eslabón en la larga cadena de las existencias futuras previas. Dado que los pensamientos dirigen nuestros actos, estos dejan su rastro a su vez sobre la mente o el espíritu. Podría describirse un campo magnético como mente que desempeña una influencia sobre la materia, una oscilación más allá del átomo que la compone.
    No importa lo que le suceda al cuerpo, el karma sigue siendo inmortal. Contiene toda la información sobre la forma vital a la que pertenece. A lo largo de la vida pensamos y sentimos; estos pensamientos y sentimientos se trasponen sobre la sustancia imperceptible del karma, como en un grabado.
    Cuando este karma se forma sobre un nuevo cuerpo, ya contiene toda la información de su existencia anterior y sigue conteniéndola para toda la eternidad. Pero, dado que el fin último de la vida es alcanzar un estado de serenidad absoluta, el karma conduce a esa meta por una serie de incontables reencarnaciones, con la sustancia de conocimiento kármico que procede del universo.

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  5. El tiempo cierto es: Existo, luego pienso.
    La forma en que trabaja el ego es perfecta. Gusta hacernos creer que somos más de lo que en realidad somos, esencialmente la conciencia que crea las vivencias.
    Jamás somos ni seremos nuestro ‘yo superior’, ni es quien realmente somos, incapaces de generar las frecuencias de onda específicas en el holograma potencial del universo implicado, donde nunca podremos crear, cambiar, arreglar o mejorar ninguna experiencia vivida.
    Un ‘yo finito’ sujeto a las limitaciones y restricciones del universo holográfico, en contraste al ‘yo superior’ de naturaleza infinita, no limitado al campo potencial de la realidad implicada. Ese Yo crea experiencias holográficas únicas que se perciben con libre albedrío para reaccionar y responder.
    Cada vivencia holográfica, cualquiera sea, es incognoscible para uno.

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  6. El agua es una sustancia misteriosa. Puede recibir y retener la vibración. Debido a su elevada capacidad y sensibilidad resonantes, el agua responde instantánemante a todos los tipos de ondas acústicas. Simples vibraciones en el agua pueden crear naturales fácilmente reconocibles.

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  7. Al igual que en lo Micro como en lo Macro, el todo existe dentro de la partícula más diminuta y la partícula más diminuta contiene el todo. El átomo contiene el universo y el universo contiene el átomo, y tampoco uno existe sin el otro. Existe el creador dentro de la creación, así como la creación existe dentro creador.

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  8. Todos los objetos de la naturaleza están unificados y son formas de la energía y la materia.
    El espacio libre es el campo unificado de la energía y de la materia y el origen de todas las formas en el mundo material.
    La luz es la fuente de todos los objetos visibles, y el sonido la fuente de todas las formas fonéticas.
    Todas las formas materiales del universo tienen formas musicales o han tomado forma en el ritmo o escala musical.
    El tiempo crea, sostiene y destruye todo, porque lo creó.
    La forma de manifestación primigenia de lo no manifiesto es cuadrada, siendo el patrón de onda primaria.
    El patrón cuadrado primordial se designa como el diagrama de energía incorporada. El espacio libre está lleno de átomos cúbicos de energía. Ellos son bloques de construcción de la estructura del universo.
    La conciencia vibra en un orden particular llamado ritmo. Este es el orden de la naturaleza. Esta vibración rítmica del eje de la conciencia es el espacio depositario de la luz y el sonido.
    El tiempo y el espacio son iguales.
    La arquitectura es el logro supremo de la matemática que se basa en el dinamismo del tiempo absoluto.
    El tiempo es la vibración del espacio y uno de sus elementos sutiles.
    El tiempo es el elemento causal de todos los objetos del universo.
    La estructura microscópica está en total identidad con la estructura macrocósmica. El espacio supremo es pulsátil y a cada momento se expresa por sí mismo.
    No existe un orden en el universo, sea universo sutil o material. Este poder se atribuye a la conciencia del espacio cósmico, así como del espacio interior de los seres animados. Esta conciencia, por su esfuerzo personal para expresar sus propios sentimientos internos, provoca un tipo de vibración o pulsación en el espacio interior, lo que resulta en redes de energia.
    La vibración o pulsación es el elemento causal de todos estos acontecimientos. En realidad es la fuerza de la energía que despierta la conciencia interna, causando ondas que contribuyen al crecimiento de las formas de vida. Este poder reside en todos los seres vivos.
    Por lo tanto, el espacio es la rama de la vibración de la energía primordial. Así es como nació el espacio. Todas las formas de la naturaleza son formas manifiestas de energía sutil que consigue ser manifiesta. Este reino de formas de onda de frecuencia es el elemento creativo del universo.

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    1. Una estructura de 64 tetraedros es la forma primitiva del espacio o la energía infinita que impregna el campo unificado.
      Lo teorizado como "materia oscura" y "energía oscura" es simplemente la energía infinita del espacio, aquello que conecta todas las cosas y articula el significado del número 64 en el proceso y la forma de energía pura que se manifiesta en lo percibido como mundo material.
      Hay 64 hexagramas del I Ching, 64 requisitos para acercarse al Arca de la Alianza, 64 artes clásicas que figuran en muchas escrituras indúes, 64 posiciones en el Kama Sutra: Los resultados perfeccionados de la estructura cabalística en un tetraedro 64 estrellas.
      El futuro es un concepto que no existe. No hay cosa tal como mañana. Nunca lo habrá, porque el tiempo es siempre ahora. Nos encontramos pues con que sólo está presente el eterno ahora.
      En las tradiciones occidentales la cruz es un símbolo de la relación entre el tiempo vertical y lineal. El cuerpo de los cuatro elementos que se forman a través del cual el tiempo absoluto (la eternidad) y el plano de cambio y transformación (tiempo lineal) se cortan en el punto central. Las imágenes simbólicas del corazón de Buda, el Sello de Salomón, la estrella de David, el chakra del corazón, son representaciones tridimensionales de un tetraedro em estrella.

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  9. No obstante el espacio está dividido por el tiempo, dentro del Uno está todo el tiempo y el espacio, nueve son las dimensiones interconectadas, nueve son los ciclos del espacio, nueve son las difusiones de la conciencia, nueve son los mundos dentro de los mundos.

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    1. El momento en que el latido del corazón esté sicronizado con el latido del universo, el Uno habrá encontrado la verdadera religión, y Dios sucede.

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  10. Decidles o explicadles como nada puede escapar a mi conocimiento. Conozco los misterios de los Cielos y tengo el ojo abierto sobre las acciones de los humanos de todos los Globos.

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  11. En el principio fue el misterio insondable del origen de la Creación que habita en el corazón de todo cuanto existe. De ese desconocido misterio surgió la vida con todas sus manifestaciones, las que son visibles, y las que no.
    También existía una estirpe de seres, de gran inteligencia y alma desarrollada. Su Ciencia era excelente, inmensa. Vivían y se movían a través del Cielo Infinito.
    La estirpe del Hombre Original se multiplicó, creando bellas ciudades y desarrollando una floreciente civilización.

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  12. Todo lo que llamamos realidad está compuesto por pequeñas partículas de energia. Cuando dos partículas de energia se encuentran, una va a girar em el sentido horario y la otra en el sentido anti-horario. Si se separan esas dos partículas de la obsidiana cristalina del universo en la obsidiana del tiempo y luego se altera el movimiento giratório de una de ellas, el movimiento giratório de la otra partícula también se alterará instantánemente, en comunicación con el espacio-tiempo.

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  13. ´Me atrevo a todo lo que sea digno de un hombre. Quien se atreva a más no lo es´. Willian Shakespeare.
    Con diferencia de magnitud, el ser humano es la miniatura de la vida.
    Todo empieza como una elección de conciencia unitaria no dual sabedora que la Ley Natural es la única ley que rige el Universo.
    El secreto de la magia es que el mundo está hecho y dirigido por las palabras.
    Lo que sucede en el dominio espiritual de la memoria se refleja en el dominio físico de éter sólido, fijo e inconmovible ante cualquier observador.
    Por ello, la información que se procesa es tan importante como el agua y la comida que se ingiere.
    El adoctrinamiento educativo replica meros peones de tribu sintética para un sistema esclavista de compartimentalización jerarquizada que enseña a obedecer.
    La corrección política es el recurso dialéctico que limita la libertad de expresión y condiciona a flotar con el ´vencedor´, modelo de control mental perpetuado por la televisión o caja de hipnosis - que significa supresión del conocimiento y del espíritu - reino del entretenimiento comercial donde las sombras inertes cobran vida propia.
    Pieza del sofisma que ofrece dos opciones de ignorancia para llegar, mediante consenso manipulado, al mismo resultado: un gobierno que encarcele la mente conformista atrapada en la rueda de la necesidad; robot o zombie moribundo en negación consciente de su naturaleza espiritual.
    De por sí, creer en el principio de autoridad es un grave desorden mental que admite la esclavitud, el secretismo y la celda cerebral como recurso de gobierno.
    El sinfin de desinformación disposible atosiga el proceso mental del comportamiento basado en rendimientos que anula cualquier tipo de soberania.
    Nuestra realidad consciente saturada con pésima información, falácias lógicas basadas en el miedo, nulo conocimiento y una permanente perversión del lenguaje simbólico con arquetipos incrustados propios de una religión hipercúbica dimensional que susurra: si te diera conciencia tendría que matarte.
    Hechizo y magia a través del uso de las palabras, bajo cuyo poder oculto se esconde una matriz de usurpadores de almas entre quienes resulta extraño que sucedan actos ilícitos cuando el Juego del Comercio deja tantas variables para cometer un crimen legalmente.
    La máxima ´Haz tu voluntad será toda la Ley´, no es una patente para afirmar la mente egóica, esa fuerza que impide ver la realidad, al no aceptar que a la luz de la razón se está en el error del círculo vicioso solipsista.
    En el progreso evolutivo de la conciencia, discernimiento, criterio y juicio permiten procesar eficazmente la información, filtrando insufiencias para darle sentido y así tomar decisiones exactas sobre la causa de acción que conviene como realidad generada a la luz de la experiencia.
    Propagación en bucle de la retroalimentación maestra que libera la mente mediante el Trivium; Gramática, Lógica y Retórica; el preguntar primero qué, quién, cuándo, donde; la aplicación ecléctica del método filtrado, correlación y análisis que conduce a la sabiduría moral del Ser y de la Ley Natural.
    El Cuadrivium es la continuidad equilibrada del Trivium que trata de las metodologias para cuantificar información; Aritmética, Geometría, Música y Astronomía; las artes liberales que crean los vínculos para agudizar los sentidos; los recursos del inquérito apofático de afirmación mediante la negación y del inquérito catafático o deductivo.
    Siendo alquimia el arte de la transmutación de los metales, en referencia directa a las cualidades de la conciencia.
    La conciencia física de los cinco sentidos es el metal base, una modalidad inconsistente de la conciencia pura o iluminada en armonía con la Ley Natural, según el símbolo del Ojo de la Verdad / El Ojo Singular / El Ojo Creador / El Ojo que Todo lo Ve.
    Un Ser activo, auto-maestro y unificado que encarna las cualidades de la divinidad, propósito de toda consciencia.

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  14. Causa y efecto. La elección es una ilusión creada entre quienes tienen poder y aquellos que no lo tienen. Cada acción del programa crea un nuevo efecto, el sentimiento en sí, la naturaleza del universo incontrolable. Causalidad, nadie escapa a eso; el porqué.

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  15. Lao Tse - Hua Hu Ching

    https://youtu.be/ex9TKfHTEdY

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  16. 'Soy todo lo que fue, es y será, ningún mortal ha levantado mi velo'.

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  17. À primeira vista, os símbolos superficiais são apenas imagens que representam uma ideia na consciência de quem as olha. Mas embora possamos pensar que os símbolos são apenas imagens, eles agem em nossa mente subconsciente para trazer a desejada influência do criador do sigilo. A intenção real do símbolo pode ser desconhecida para o visualizador ou até mesmo invertida em seu verdadeiro significado. Por exemplo, o símbolo da paz, u Algiz invertido, é na verdade uma runa mortuária proto-germânica que foi inscrita em lápides. A morte é paz. A suástica tinha um significado positivo nos tempos antigos. Seu nome em sânscrito significa literalmente "é", bem-estar, boa existência e boa sorte. Para os hindus era um símbolo solar mágico.

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    1. Assim, em nossa realidade atual guerra é paz, liberdade é escravidão, ignorância é força, veneno é remédio.

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  18. Secretos de la SINCRONICIDAD | Lo que Buscas te está Buscando a ti - Carl Jung

    https://youtu.be/IZWuMFXgSrI

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