viernes, 23 de diciembre de 2016

La conjura del sol de medianoche



Navidad en las calles


Actúan

Capirucita feroz

Lobo pelirrojo

Payaso Espinaca

Remolacha maromera

Muñeco de Año Nuevo

Bufón Meretricio

Papanuel rapero
Bichu-meu


Quien jura emplear el alto cargo de presidente de una corporación falsa para fomentar esta trama.

Del paisaje de postal turística a penegírico chimbo de realidad consumada. Un egregio helado de uvilla para habladores de bolsillo.


Escena 1

Tomas vintage en las cercanías de los grandes centros comerciales.
Efectos all mal. Remolacha hace de mimo para la caridad pública indolente que los trata cual animalitos huidos del algún basurero.


Escena 2

El payaso Espinaca - travestido de un con dos pares de globos por senos y nalgas y pintarrajeado grotescamente - y muñeco de Año Nuevo deambulan por las calles del centro colonial al amanecer de un día frío y lluvioso.

Papanuel rapero - viste estrafalariamente de amarillo chillón - y Remolacha - menor abandonada de aspecto pícaro – radiola en hombro a todo volumen, alborotan y bailan por una calle paralela.

Se juntan cuando efectúan el robo de una carroza halada por dos caballos repleta de regalos de pacotilla premios de promoción de un banco y de una telefónica multinacional. Efecto volutas. Toma área íntegra.


Escena 3

Zoom zoológico. Irrupción tipo trailer en aquellarre.

Capirucita feroz canta la tecno cumbia incunable Toro Barroco.
Descarado, alverjón y jabonero.

Escena 4

Vendieron la bandera, traicionaron la moneda. De rumba en vídeo por el hermoso país de los chapas acostados con la guía turística de Meretricio el ambulante. Visita temática al antro La Caverna del Duende Prieto.


Escena 5

Paisajes panorámicos de una ciudad grisácea doble cara de lo mismo. Tugurios recorridos en amplio foco desde la posterior de un vehículo antiguo. Vista de barrios pobres pero visiblemente alegres y bulliciosos. Carcamanos. Una banda de pueblo marca el paso de un desfile tumultuoso.


Escena 6

Papanuel va de casa en casa repartiendo los regalos robados al son del rap Poncho Estrecho. Mientras tanto Espinaca y Remolacha desbocan la carroza calle abajo. Todo aquello sucede a una velocidad alucinante hasta que paran en seco contra una banca de revistas.


Escena 7

Animación.

Paseo gracioso de las mascotas Zizi, Fafá y Momo a través de un parque que sirve de vivac dormitorio a los protagonistas, con los correspondientes saltos acrobáticos de un pelotón de pulgas felices de perro fino.
> Meretricio eres un farsante, los penitentes, las moiras y la risa te otorgan el premio noble de la paz sangrienta, le grita un poseído Payaso Espinaca. Toma aérea de bajo relieve.


Escena 8

Escalinata de una iglesia. Los personajes cantan a coro el himno meloso ‘te quiero tanto que estoy por matarte’.
Entonces Capirucita feroz y Bichu-meu guían a un ogro meloso coco peludo a través de las selvas del gueybueymico para hornear juntos pena e inclemencias, ondas y tristeza.
Al menos dilo con la ortografía correcta.
Chirote para falsear la verdad con ele de megamanía idealizada.

Escena 9
Tertulia del guarismo. Saca, arriesga y menoscaba.
Por Turulanta y Corchatovio, inmanentes. Protagonistas fuera de guión.
Titulos publicitados: el último anarquista, noche estelar, el Estado ansioso, las cuatro dimensiones del agua tórrida.
Arda en el dinero, rozagante dama. Ni lo dude, mi contumaz amigo.
Catequético puritano, deshonra de mis serenatas, se dice yogar.
Seas dado al azar como su burdo ejemplo todavía viviente.

Escena 10
Penumbra que se ve hasta en la radio. La luna es una gran bola lejana y rosácea en un lindero escurridizo de nubes errantes cuyo fulgor medular se eclipsa de sopetón.
Oh, un extraterraquio, clama el marciano.
Acaso tú otra vez me increpas con tal falacia que apenas cabe en tu boca pero que ocupa todo el destierro en que habitas!
Eso significa la fama con nombre de avenida principal y por allí mismo una horrenda estatua en bronce.

Escena 11
Polo magnético. Historieta del simpático enano que se diluyó en la lluvia.
Uno caballitos pelones marchan al compás de trompetín y timbales. De repente paran en seco ante una carpa merengue que cae sin tocar el piso. Toque de campanitas y viejos disfrazados de obispo en verbena. Mosaico chacina y canto prosódico sic blá en idealismo curtido.
Bestia en sí propio, sólo existe un ser capaz de domar su medio ambiente para aniquilarlo.
Ave María utilísima sin sorna concedida. Desde arriba o por abajo encontraremos el atajo, habrá grandes sementeras y una que otra borrachera.

Escena 12
Canta Muñeco de Año Nuevo.
Oh simplicidad que destellas graciosa tu fugaz apogeo, cuántas son las horas incesantes en milagros, mareas u ocasos, de caravanas y almas remotas, de gente que procura una noxa en los cielos bajo el azar del poder, tras signos astrales, mientras generaciones se suceden acumulando encrucijadas y ofensas. 

domingo, 20 de noviembre de 2016

Niveles de separación con el tropo de los confines.

Las campanas de la iglesia cercana tocan las siete de la noche. Es el paso de la Junquera, la frontera entre Catalunya y Francia. Hace un frío espantoso, ha nevado durante dos días y un hielo grisáceo encharca el suelo. Si las luces lo permitieran se pudiera ver un cielo negro profusamente estrellado. Pero el panorama es otro, el de una densa tiniebla perforada por el neón y el plasma refractado. Por provinciano que parezca los catalanes ya no se consideran españoles, tienen su idioma, dentro de lo que cabe son una nación rica y próspera, no necesitan ser autónomos ni súbditos de ninguna monarquía democrática de fachada, quieren su propio estado soberano y lo hacen notar cada vez que pueden y ante quien sea. Así que estamos en esa especie de frontera entre tres países como la que se muestran en los mapamundi con rayas oblicuas a colores para indicar un conflicto latente.

Plano sesgado. Ventisca moderada. Tres hombres descienden de un camión que los trae desde un parador próximo. No son camioneros ni lo parecen. Es la zona de los prostíbulos, inmensas construcciones de los nombres más sugestivos que invitan a saciar deseos sexuales ilimitados, siempre que la billetera del usuario lo permita. Así que entran en el que aseguran es el mayor prostíbulo del mundo. Una mujer de cabellera rubia, de unos cuarentitantos años y con escote exorbitante en un vestido azul marino ceñido al cuerpo les espera. Es búlgara, se llama TZ. Todos los nombres de esta narración llevaran iniciales para proteger a los culpables.

Los cuatro se dirigen hacia un pasadizo subterráneo por el que las mujeres del establecimiento entran y salen sigilosamente según una rigurosa agenda de trabajo y en automóviles protegidos de miradas curiosas. SA se encuentra de pie apoyada su espalda contra la pared, esposada e inmóvil al final del enorme estacionamiento casi vacío. Hace tres años envenenó por encargo del hombre que acaba de cruzar con ella una mutua mirada de resignación, a un personaje de mucho cuidado que es el protagonista ausente de esta narración estentórea. Los cinco entran en un automóvil blanco marca Peugeot de un modelo masivo y abandonan el lugar rumbo al Pirineo aragonés, hacia cualquier pueblo de aquella zona limítrofe de tres regiones tan diferentes como las marcas de vino o los embutidos que producen.

Durante el trayecto nadie habla. Cruzan por un control de caminos de la policía local y AJ con movimiento felino saca las llaves de las esposas del bolsillo de su chaquetón y se las quita a la prisionera. Pero los patrulleros los ignoran. Cuando llegan a su destino, una iglesia de aquel pueblo de montaña hecha en piedra, las inefables campanas del lugar tocan las diez. Ahora SA no es una prisionera sino una condenada a muerte. Su mirada atónita lo dice todo. Un ataúd militar está abierto en el suelo y listo para ella junto a un confesionario. GF la obliga a sentarse dentro. SA intenta rogar clemencia con un gesto en su rostro aterido por el terror de lo inminente. DR estira el brazo y le entrega el veneno. Es cianuro nazi de alta efectividad y de efecto letal fabricado en la década de los años treinta por la IG Farben. Cada músculo de SA tiembla de espanto. DR le arranca el veneno de la mano, le abre la boca y se lo da a beber por la fuerza. El efecto es inmediato. El rush de la cianosis paralizante recorre en unos segundos su cara y SA muere con treinta y dos años. GF la acomoda y sella el ataúd. Un cura sale de algún sitio y bendice el féretro. Mientras aquello ocurre sólo están el párroco y la mujer búlgara que lleva puesto un largo abrigo negro.

Cuando al amanecer regresan al sitio en la Junquera nieva. El camión en que llegaron ya está rumbo a París con un cargamento de cacao preprocesado proveniente de Costa de Marfil. En el estacionamiento del burdel los tres hombres se separan y saldrán en el transcurso del día cambiados de ropa con rumbos diferentes. 

FT es el tercer hombre y la cabeza de esta especie de comando asesino. Como siervo que es de una gran sociedad secreta y tentacular apenas cumple órdenes, jamás hace preguntas, no duda y ni se cuestiona nada. Fue iniciado para esa labor y convenientemente programado al efecto. FT vive en Barcelona, una ciudad que no es sólo un mosaico de gentes y razas sino también una auténtica torre de babel. Algo que se comprueba desde el cajero electrónico con el menú en ocho idiomas hasta en los dependientes de las numerosas tiendas que pueblan el barrio Gótico y el Born.

Sus estrechas y abigarradas callejas y callejones forman un grandioso laberinto de arquitectura tan diversa como su oferta comercial y culinaria. Se puede decir que da gusto perderse entre el gentío en una especie de escenario secular forjado durante cientos de años. FT habita un pequeño apartamento que se sitúa justo sobre el arco que une dos edificios centenarios de esa parte de la ciudad antigua. Los ingenios electrónicos que maneja permiten situarlo al instante. Las órdenes expresas pueden llegarle a cualquier hora para ir a los lugares más inesperados. FT tiene tres identidades nacionales con sus respectivos pasaportes auténticos, incluso su propio inconsciente apenas recuerda cuál es su verdadero yo. Fue entrenado para lo que hace casi al día siguiente de graduarse del colegio secundario, un instituto castellano de padres dominicos bastante ultristas. Los resquicios de la educación inquisitorial que le impusieron no hicieron mella en un carácter condicionado por las creencias familiares en cristo, el rey y la patria, todo bajo el estricto santoral católico. Así que está determinado genéticamente para su trabajo de mercenario en las fuerzas de seguridad supranacionales, que son el puño de acero y silicon de ese entramado oculto al servicio de la elite ecuménica de banqueros, políticos y científicos expertos en el diseño de las sociedades. El temible endogrupo en la cima de la pirámide que los simboliza como progenie especial de la teosofía que profesan: Mil años de caos hasta lograr su utopía tecnológica por medio de la propaganda y la eugenesia.

La acción se traslada a Tunisia, el país de la luz como miel. DR es un joven ex teniente del ejército argelino que por necesidad se nacionalizó francés y que conoce a fondo el Magreb, e incluso de los pocos que pueden contactarse con los herméticos pueblos Touareg, esos nómadas irredentos a los que sólo la tecnología satelital más avanzada y costosa pudo arrebatarles el desierto del Sahara, su territorio ancestral. Tiene una vasta familia en Tunisia y Libia. Mira estupefacto que el dictador Ben Alí es derrocado y que la república francesa lo abandona a su suerte de sátrapa que tanto entregó en soberanía su país al estado francés y a los intereses angloamericanos. Aunque reconoce que treinta y cuatro años de despotismo son demasiados hasta para un pueblo del vasto y estigmatizado del tercer mundo árabe. Por lo que ve, lee y escucha la prensa europea no sabe que Ben Ali mantiene todavía intacta una policía numerosa, despiadada y corrupta que no dejará a la suerte de cualquiera los beneficios adquiridos de un estado ya institucionalizado como mafioso. DR hasta hace poco se encargaba de reclutar suicidas árabes para misiones en Iraq. Tres primos libios, dos varones y una joven de diecinueve años que perdió a sus padres en un incendio, fueron al martirio. Ella, FS, cayó en Mossul pero se llevó consigo trece personas a la tumba. Dejaba de legado vitalicio 50.000 dólares estadounidenses a tres hermanos que quedaron a cargo de una tía materna viuda. Se detonó en pleno mercado central una turbia mañana de otoño. Entre las víctimas del ataque había un bebe kurdo de tres meses. Personalmente se encargó que aquel dinero de sangre llegase a salvo a su destino. Toda una fortuna para el estándar de vida en Túnez.

AJ es un estadounidense de origen chicano que obtuvo la nacionalidad al reclutarse y servir en el ejército del que todavía es artillero especialista en blindados y comunicaciones. Lleva en el somatotipo el porte racial característico, no obstante su intenso entrenamiento en desinformación y deflección muestren exactamente lo contrario en cuanto a la idiosincracia que profesa, algo que lo tornan un agente en el terreno no sólo eficaz sino muy peligroso. AJ es un asesino nato. Cuando el jefe del comando atlántico de inteligencia militar le hizo escoger un pasatiempo que permitiera crearle una fachada social, AJ no dudó, optó por el poker. Ha competido en todos los casinos famosos, por su temperamento es un gran jugador obligado a perder, ¿Qué tal si algún periodista villano de esas revistas especializadas decide exponerlo?

El agente enlace de células de acción clandestina de aquella Base Regional es la antillana MY. Nacida en la isla de Antigua, domina cuatro idiomas, tiene doble nacionalidad - holandesa y panameña -, trabaja encubierta en una oficina de seguros navieros con sede en Miami, y sin embargo se destaca por sus conocimientos en robótica y nanotecnología. Todas las órdenes que emanan de los distintos centros operativos a cargo de la zona del Atlántico, salen encriptados hacia los ingenios electrónicos del agente enlace quien se encarga de cifrarlos para emitir en clave las coordenadas de la operación ya en curso. Es un rompecabezas que debe resolverse en pocas horas y que culmina con el recap de captado de cada uno de los componentes de la célula activada. Tanta seguridad no es apenas hacia el exterior del complejo militar sino en especial hacia el interior mismo del monstruo, donde la lucha por el poder es una encarnizada puerta giratoria que se traga al que sea y en cualquier nivel el rato menos pensado.

En la gélida noche de Copenhague FRD se siente acosado por un enorme oso. Los ojos tras las cámaras de vídeo vigilancia nórdicas son implacables. Sospecha además que esta misión para alguien como él, un subdirector de recolección y análisis de inteligencia, es una trampa psicológica. Por más rango que tenga un mulato en Dinamarca porta la cara entre esa multitud blanca, tajante y desconfiada. Suponer siquiera que llegue a pasar desapercibido significa exponerse a sus prejuicios, y aquello es lo que cuenta en tal deducción, parece seguro, esa despiadada cadena de mando a la que pertenece, hambrienta de poder y de control, quiere sacarlo del medio, eliminarlo. Se equivoca, GTA, su jefe inmediato y tal vez el único compañero fiable en el escuadrón de mando, lo necesita en serio allí mismo, la tierra de la competencia para aquel proyecto. Los conocimientos de FDR en el manejo de visores nocturnos hacían imprescindible su presencia en terreno. El nuevo modelo de visor infrarrojo con gps incorporado ha dado problemas por su costo pero funciona de maravilla, y lo están probando con buenos resultados. 

Al universo lo parió una mujer y ese es su problema más feraz e intrínseco, tanto del universo como de la mujer. Pero ¿cuánta bruja ante el espejo de su alma siniestra profirió una orden que inexorablemente se convertiría en un hechizo contra el destino colectivo? Tantas que ya no se sabe. En consecuencia actuó HRC, la Secretaria de Defensa. Lo hizo sin inmutarse, sin pestañear siquiera. Ordenó ejecutar de inmediato el Programa de Aerosol Troposférico, SAG, o geoingeniería de aerosoles en la atmósfera, el eufemista Proyecto Icharius, o fumigación sistemática del aire con varios millones de toneladas de una fórmula compuesta de metales pesados a base de partículas activas de aluminio, bario y estroncio. Un programa de geoingeniería diseñado para percutir la destrucción medio ambiental del suelo y el aire. Con el pretexto de crear un escudo protector contra el calentamiento global, estelas químicas de plasma radiado de dispersión lenta se diseminan desde altitudes convenientes con aviones cisternas hacia la atmósfera. Ello mata muy lentamente y enferma de gravedad crónica fauna, flora y seres humanos. En esta fase todavía experimental, la orden fue hacerlo a gran escala sobre las ciudades de mayor densidad poblacional. De costa a costa fue una larga mañana luminosa, de aquellas en que el cielo parece de cristal pulido. Ininterrumpidamente y de manera simultánea seis escuadrillas de inmensos aviones cisterna tejieron la malla tóxica durante ocho horas sobre igual número de ciudades.

Punto de hidratación. Operativo de ataque espada de Adán. Las ondas de radio dispersan una voz ronca de fumador empedernido. Es el 28 de junio del año 2001. Supuestamente un reportero de la CNN encontró a Osama bin Laden, se llevó consigo un equipo de televisión, y entró en el escondite de bin Laden, y le entrevistó a él y a sus colaboradores de más rango, y luego salió y contó a todo el mundo: ´en 3 semanas Osama va a atacar Estados Unidos e Israel´. ¿No creen que esto es un poco raro, amigos? Lo digo porque el mayor aparato de inteligencia del mundo ha estado buscando a Osama bin Laden durante años, ¡y no pueden encontrarlo! Y ahora resulta que un reportero cualquiera va a su escondite con una cámara y le hace una entrevista. Y les advierto, estén preparados para un gran ataque, que no será obra de Osama bin Laden sino de aquellos que persiguen un Nuevo Orden Mundial. Me pregunto cuales serán los objetivos que supuestamente atacará Osama bin laden, algo que se llevará a cabo en las próximas semanas. Así que puedo asegurarles que van a tener que hacer algo terrible para terminar con la oposición y ganarse la simpatía del estúpido rebaño humano. Lo dijo Willian Cooper, asesinado en el Condado Apache el 5 de noviembre del año 2001.

Han transcurrido diez densos y jugosos años de guerra global contra el terror. El asesino de Cooper, TWR, alias Teo, está en la cima del poder y se codea con los altos mandos del ejército. Está inmerso en el mundo de los sacrosantos mercados donde sólo ellos y nada más que ellos son libres y desregulados. Prepara el Organigrama del Estado Mayor para acciones encubiertas. Es Asistente del Secretario de Defensa en operaciones especiales, conflictos de baja intensidad y capacidades interdependientes en la Oficina de Apoyo para el combate al terrorismo del Grupo de Trabajo en acciones irregulares. En medio de tanta jerga burocrática su éxito inmediato depende de un paparazzi empotrado como reportero gráfico en el frente libio, donde se libra la batalla por Trípoli, el petróleo y el gas.

TWR se encuentra en la Dirección de Diseminación, Análisis y Colección de datos, el caballo de Troya para los expertos militares en materia de comunicación estratégica, cuando recibe una documento electrónico encriptado que refiere el ataque contra una casa asegurada de la Agencia en Abbottabad, Pakistán, que tiene por objeto escenificar la muerte del ya fallecido y enterrado jeque Usama. Un helicóptero ha explotado en tierra matando a varios comandos de élite Seal 6 Team del mismo escuadrón donde sirve su hijo LGR. No lo sabe pero presiente algo muy malo desde hace varios días. Palidece y se hunde en una pena honda y larga.

El modelo mejicano de las guerras del opio. Memes, datos específicos comprimidos y holobandas o realidades virtuales encriptadas que permiten acceder e interactuar en otra dimensión sensorial.

Fin del rollo...


viernes, 26 de agosto de 2016

Documental in vitro

- yo que vendí hasta diccionarios para ciegos, que trabajé entre gente honrada que te acusa de ladrón cuando ya necesita explotar más tu sudor barato, te digo que gobernar hombres es la única cosa que no se debe intentar, ¿cómo llegar a un acuerdo si las garrapatas se creen halcones? Ahora, aunque viejo soy un hombre rico, tengo todo, aire puro, una vista perfecta a ninguna parte, el solo deseo de morir en pleno arcoiris una tarde con sol de lloviznas.
Al señor Paco le encantaba decir imposibles, como por ejemplo sinergia noctilucente de estadanza sísmica. Parecía perseguirlos tan deprisa cuantos menos movimientos quedaban en su cuerpo cada vez más tardío y maltrecho.
Pero era la abuela quien si detestaba a los uniformados, es que perdió un hijo por culpa suya. Lo mataron a toletazos durante un golpe militar. Incluso el bueno de don Paco se le hizo sospechoso, solo porque conversaba largamente con el comandante Ansales
- es tu pregunta trampa
Recuerdan que llegó un día caluroso. Lo trajeron las lluvias de abril. Venía con dos sujetos. Uno alto y fuerte de nombre Macario. El otro era Herminio, nieto del primer alguacil de ese poblado de ingrimas ventiscas.
Fueron doce obreros, algunas mujeres y algunos niños. Rosendo Salas los contrató como peonada para abrir trochas y dejar puntales. Entonces aquello quedaba muy lejos. Ahora la ciudad está a unas horas y pronto harán de Pangoso distrito municipal. 
- ¿bestializar?... Al mundo hay deshumanizarlo, urentemente
- usted que se retiró de la política sabrá 
- jamás fui político
- señor intendente, pero si la milicia es el mayor estamento político conocido 
- caramba, noto que tiene una visión bastante desordenada de la disciplina, típica de los jurisconsultos tan abundantes en estos tiempos sin razón ni honor
- la política no pasa de ser lo más importante porque significa el gran dinero tras el verdadero poder 
- una opinión nada vulnerable aunque trivial
- la biblioteca tiene una culpa debida 
- cualquier forma de subversión es violencia originaria
- cierto, no hará mucho que la gata de doña Tomasa murió en un derrumbe del ese estante bajo los tomos de agrarismo indígena y la reforma monetaria 
- seguro que de puro aburrimiento
- no sea tan sarcástico, la gata decidió hacer guarida entre las tablas del soporte central mal encajado 
- o también pudo ser un incendio, mi comandante. No olvide que los libros dan buen fuego... una gata analfabestia.
Los campesinos toman todo lento, pausadamente. Lo rural favorece el desarrollo de las cuestiones en la variedad del transcurso unívoco, mientras en cualquier ciudad prima una mayor eficacia de lo inmediato que resulta inflacionaria y selectiva, por eso sus mismas mutaciones le son extrañas y hasta le resultan imperceptibles.
Aquel domingo soltaron cinco cornúpetas de la ganadería de los curas. Margot, todavía una muchachita fresca, flaca y juguetona, sobresalía de inmediato. Y fue más que una premonición, era algún tipo de encantamiento arcaico contra quienes osaran desvencijar el recato deseado. Lo cierto es que ninguno de los allí presentes en edad de procrear logró evadir aquella especie de espasmo ancestral de mujer al capullo. El instinto los amagaba con su disfraz más natural y bonito.
Ver un segundo fugaz equivale a discernir el ristre de los anteriores. El alcalde putativo mascaba tabaco y lucía unas remotas gafas de oropel para dormitar cuando se le antojase; lo daba por sentado después de bostezar con ambos puños sobre la boca intentado disimular un fastidio tan profuso como su barriga de gamonal satisfecho.
Don Virgilio Cobea y Pando fue nieto de un notable caballero del imperio secular por entonces ya en franca decadencia en extenso. Y aunque en nada le importasen las sutilezas que hicieron baronesa certificada a su mofletuda esposa, Anunciación del Amparo, no lo parecía.
Ceñuda y capciosa, con una madrastra de calibre nada vulgar bien pudiera creerse que Margot era bastante infeliz, cuando en realidad ella manejaba la situación a su completo capricho.
Por las vanguardias del temple. Agua tibia orgánicamente depurada hacia series de reacción fija. Demasiada entropía para tanta coincidencia. Pescando a la sombrea de hojas verdes entre higueras maduras.

- empezó a durar en el inicio y va continuar así hasta que sea
- es el tiempo hija mía, el dios de los dioses, aquel quien a todo incide
- ¿vas a olvidarme?
- para siempre desde el día que me muera
- ya, no digas eso
- aparentemente serás lo que el dinero haga de ti, para ganarlo o por perderle, si tiene o te falta, mientras lo necesites y hasta cuando lo consigas; se llama rendimiento en metálico, es un ademán cuya tenaz interferencia sobre los afectos desata el ingenio y la perversión
- por eso papá dice que le faltaste el respeto a su condesa
- nada de eso, sólo me sorprendió desnudo tomando un baño en la vaguada; en aquella lejura chilló como gallina acosada
- que nunca se te ve en misa
- Dios no quiera; en las tierras del Sol jamás habrá templo que lo contenga; además, entre mi vanidad y su envidia siempre habrá algo que se coma seco con humor y pan en remojo.

Alguien llamaba, ella corrió hacia el sendero, las flores cayeron al agua. Moncho Catarana venía de Maracas a caballo trayendo un encargo y una malaria crónica.
En esa época el señor presidente no sólo creyó que con el ferrocarril podría vencer una naturaleza indómita, rotunda e impetuosa, sino que inclusive a sus adversarios políticos más renuentes entre los que no se contaba don Virgilio, amigos desde un asilo con sabor a asueto, cuando las cosas estaban claras y los ideales eran hechos hacia lo seguro para durar por anticipado.
Pero la ilusión es una espiral intangible que se deconstruye así misma en un tiempo cualquiera apenas distinto a su proceso, así como una letra basta para cambiar ante la frase original ese sentido primario de esencia suplantable… fue entonces que a un tal Evaristo Riera se le empañaron las gafes, circunstancia que le hubo divertido aburriéndose junto con ella, Lola, y a apropósito del partido por el medio, estuvieron varias horas seguidas condenados a una vida perpetua que al fin lograron evadir juntos derrumbadero abajo.
Meditaba con incredulidad y temor en el tren del caudillo. Los disgustos, aunque se repitan como experiencia, continúan siendo eso mismo, un largo trecho sin ruta, algo que destroza cual absurdo galopante, tácito por devoción, sencillo mientras un golpe de mano lo oculta entre ninguna norma y todas la mitades, mas complicado cuando ha de aplicarse a una causa que lo hace semejante al ser donde se crean y nutren, o cómo había de ser valiente para llevar por la vida ese nombre suyo, Enemigo Jurado, y solo porque su padrastro siempre estuvo convencido que fue hijo de algún interfecto trampero de quimera que dominó con su arco sin flechas una tierra tan intensa cuanto patentada mítica. Vaya ironía, sospechoso en un linaje que lo inquietaba hasta la sedición.
- ¿adivina pues cuál es el único animal salvaje del que usted si debe temer por estos caminos vitalicios?
- no hará falta que yo se lo refute, ¿verdad?
La civilización como una larga fila de acólitos en transcurso hacia el progreso cenital de su vaciedad en flor. Sinfonía límite al jaque. Saga unigénita para un príncipe republicano y algunos de sus muchos y variados sacerdotes. Influencia del efecto sombroso.
Aquellos eran ojos cansados de un sueño procesional todavía por dormir, acuciosos, casi en ese borde interior donde nada existe que no sea súbito, volátil e inaprensible. Estaba frente a una enorme maraña verde, quebrada, rebosante de agua, entre figuras frescas y sonidos que latían a pulso de viento.
Encendió el último cigarro, holló hacia la vaguada como quien hesita si vale la pena volverse atrás para dar explicaciones o renegar cualquier estúpida disculpa. Ya tarde, continúo andando. Virginio estaba en casa y recibió la misiva ante una ventana. Tal vez quiso creer que para colmó el hombre ya desvencijado ni siquiera la captó. Acaso por allí también cabía tan dichoso tren con todo y vagones.

- tengo órdenes de no regresar sin una respuesta suya, señor
- vuélvase mañana.
Era algo inabordable escrito en papel mensaje cerrado sobre sí con cera azul que tardaría meses en llegar de regreso al caudillo, entonces en plena fiebre cuartana que puso en vilo su memoria abotagada por una ambición ilimitada.

- de ninguna manera mi querido amigo, en política no hay ideología que importe, son negocios en nombre de estados en los que solo hay intereses de poder
- pura pantalla, por jamás cuajan como hechos
- son tan profusas que rebasan lo angosto del entendimiento común y ni siquiera interpretan lo superficial
- aunque se basten a sí mismas como asignaturas de cátedra universitaria
- o sea, usted mejor absténgase de opinar.
Estar de oyente de esos dos hombres fuertes que discutían fue de manera difícil un agradable pasatiempo, incluso cuando apenas lograba comprenderlos por indirectas dirigidas contra él de un modo confuso muy particular especialmente tosco  y maquinal cuando las desconcertantes afirmaciones del ex decano entonces criador de gallos de riña, auténtico bruto con garras de hiena y ponderaciones espectrales de alguien que apenas teme las tremendas llagas que provocan tales arremetidas ajenas.

- la inteligencia jamás ha sido una ventaja evolutiva
- resulta irrebasable pero es todo lo que nos permite el olvido
- igual aquellas chiquillas que se embraguetan hacia cualquier más apuesto
- la belleza no admite argumentos en contra, es efímera y se basta sola
Otra sana paz bucólica que no duró lo suficiente. La infidencia gobiernista tomaba cuerpo. También las expropiaciones llegaron en notas de cobro pagaderas a la vista. Hubo hasta quienes compraron por la mitad para vender al triple. Los testaferros y perjudicados eran pequeños minifundistas analfabetos.

El caudillo estaba enfrascado con cuatro asesores ante una maraña de mesas, documentos y planos que conferían al despacho de campaña un aspecto de lucha contra los elementos en juego. Por igual, orden establecido trabajando para el progreso y un político de academia militar que decía no creer en cucos.
- lo único cierto es que por fin se ha empezado una obra que lleva años de retraso en plena era del consumo entre monopolios de capital y rezagos del pasado
- necesitamos redirigir con autosuficiencia lo que producimos, hacer riqueza del ferrocarril y las comunicaciones telegráficas como medios indispensables para alcanzar un propósito de magnitud tal que sea técnica al servicio de un esfuerzo óptimo.
Su excelencia asumía una postura moderna, ecléctica y visionaria pero peligrosa.

- soy a pulso un pragmático.
Lo asumía como quien se lo repite asimismo una y otra vez. Una obsesión fundada desde la más primitiva perspectiva individual.
- ojalá, dijo Don Virginio. Tomó el sombrero, hizo un además de adiós con la cabeza gacha y salió hacia unos corrales abarrotados de carga donde se hubo improvisado un campamento que albergaba a los obreros y al gentío que los seguía por aquellos inhóspitos y remotos parajes que debían ser forjados por un esfuerzo brutal.
Allá dejaron su existencia más de la mitad de los atrevidos que ni siquiera podían suponer que tal esfuerzo pagado a precio de paria resultó a la larga inútil.

- después piensa construir una central eléctrica en la cascada de Frutal.
El río, un jinete y una serpiente. Aquel hombre no se movió ni cuando tras la caída se sintió enroscado del cuello a la cintura. Su caballo fue tragado por la corriente cual se tratara de un tronco cualquiera. Hombre y reptil convertidos en un ovillo antropomorfo pasaran la noche más extrañas de sus vidas. Al amanecer un torrente repentino se los llevó.
Los huaqueros de instinto tienen una especie de codicia programada para el saqueo ritual, aunque sepan que no hay disparate peor que el desmonte con maquinaria pesada. Dos inmensos tractores oruga, una cadena en medio y ese diseño infernal descalabrando por dentro la mata virgen. Hasta los profanadores parados sobre restos de un antiquísimo taller sabían que eso resulta en desafiar el término de la creación misma.

Vestida en lila, apretada y abierta para ir hacia él con la ciega determinación que muestra una mujer cuando siente que alguien de aspecto fuerte o quizás no tan inerme se le escapa entre los dedos, fundamento del criterio y la necesidad de entregarse por instinto.
Bajo acecho de todas las miradas del pueblo María cruzó la plaza en el preciso instante que Moncho surgía galopando hacia ella como un desaforado que al fin reconoce el auténtico sentir de su aliento.

- lo siento, ni político, cura, militar o leguleyo
- sin excepciones a la regla alquimista de mandatario de la ciencia infusa
- buenas tardes mi comandante, tal vez ha visto a don Paco
- hoy todavía no he tenido el disgusto.
Fue el año en que estallaron las sublevaciones indígenas. Cuentan que alguien de su séquito pactó traición contra el regente del virrey. Entonces una noche brumosa, cuando parecía que el hombre estaba sin resguardo suficiente, mandaron una doncella a su aposento. Ella debió apuñalarlo pero inexplicablemente el muerto fue el oidor. Desde entonces el regente asumió plenos poderes y desposó a la supuesta asesina sólo para sonsacarle un puñal de oro engarzado con esmeraldas.
¿Quién fue el mandante? ¿Hubo alguna tal puñal? Solo se dice que poco después el mencionado cruzó el charco para cambiar de identidad. No precisamente por uno con título nobiliario, como entonces acostumbraban el cazafortunas de suceso, sino que renegó al Islam.

- no entiendo si fue otro sucio truco de relaciones públicas o un viejo giro de la novedad o una especie pespunte y compendio para comprometer la versión más intrincada de cuantas se hayan oído al respecto
- vaya a entenderse tanta sandanga verbal
- solo ahora me explico aquello de eminente dechado imbuido de gran fama.
El ahora más cuerdo de los locos temerarios declara abstractos y volubles a quienes, dominados por sus instantes más borrascosos, hacen de las personas prototipos del más pobre del patíbulo porque sólo tuvo dinero.
Cual el carácter de la gran odisea humana que en algún momento incierto parte a sufrir un destino hostil poblado de violencia, allá de los bordes abisales donde gimen en dolor de parto todas sus generaciones.
Abusar del impulso terminal para correr el riesgo de propagar un alma recíproca hasta el extremo que resulte tan embarazoso como socialmente admisible.

Ni siquiera la primera vez lograron detenerse a tiempo. Hacía un clima tibio que dispensaba cualquier exceso de ropa encima. Él había poseído una viuda alguna noche remota. Hasta entonces ninguno notó que donde termina el deseo no necesariamente empieza la dicha y que cada noche que se pasa en una cama ardiente trae sorpresas inescrutables.

Bravata. Bienvenidos al desierto de lo real. 
Renegar de eso hubiese sido como perder su propia condición congénita, igual que un semblante, una canción o un páramo, cruzigrama de solución incierta.
Personalmente no consintió nada contra doctrina, pero tampoco lo prohibía en el prójimo.
Envuelta en un exquisito poncho marrón alpaca, impenetrable, joven a pesar de cuarenta años bajo asedio masculino continuo, entonces más viuda que nunca de su esposo muerto por la espada, apenas maquillada, poseedora de una boca y unos ojos coquetos aunque siempre tristes. Tomó aquella enigmática vereda hacia la tocaia lacustre donde una mañana rasante la esperaba rugiendo de insectos, plantas y pájaros ancestrales.
Mientras fue posible hizo plegarias con el pensamiento. Maroma impenitente cual pasionata del reniego duradero incontenido de fuertes tenazas y debilidad de roces escuetos. Facto que resultó preciso hasta el opaco día ella sola frente al cristal multicolor del descaso.
- la noche ha sido muy larga, dijo una voz efímera y puntual.
Mucho tiempo luego uno ni siquiera se pregunta el por qué.
- pasa y lo verás.
Era lejísimos, tanto que el escenario yacía incompleto en una caja ronca entre tablas de bahareque lustroso y otras loas de alguna candileja anterior. Hubo una época donde cabían más elaboraciones y objetos difusos, pero probablemente nada describa mejor su aspecto final que la palabra invisible.
- Este es el momento para reflexionar. Pedía para el jueves, once y cincuenta.
Aquel mismo curso semántico que daba porte a la recirculación orgánica que acabaría con su dominancia. Y regla para el interés descompuesto.
- Tutora tiene.
Tocó con la mirada el inmenso domo azul y hasta sorbió vapor tibio allá de la nube tubular cuyo tinte topazio evocaba los pequeños valles que acababa de pasar. Luego que tal panorama tangencial se disipara tuvo la exígua sensación de una presencia nueva e aún intangible.
Cada vez más temprano, el mago perpetuo en su afán caprichoso por obtener quien sabe cuál ignoto secreto sobre los misterios del agua - eterna, suave y poderosa - yace de su saliva moléculas dichosas y en lengua torpe afirma lo que a veces las palabras exploran sin acierto, ahí donde no importan arrogancia ni potencia, apenas la verdad que traduce la especie que sitúa en boga la consumación misma del ogro sapiente.
Ser de fundamento cerril cuya creencia brama más abisal cuanto verídica resulta la consumación que domestra aquello por ocurrir u olvida el pecado virginal referente a la inconsciencia y sus trepidaciones emotivas.
- el colectivo tradicional hace
- demagogia, todos más uno
- bueno pues por etimología
- antológica... supongo
- vamos. también eres del sorgo de los ninguno
- de ningún sorbo, que es diferente.
Incendio y decapitación de pruebas en otro precinto comarcal de la república depresiva por excedencia.
Predestinado como estaba para el sumo poder civil, pues llegó a él una tarde turbia, siniestro objetivo hecho personaje de metrópoli, lujuria barrosa, aluvión pertinaz, suerte abstracta del pobre necesario con hambre de camiseta. Una vez en paz, le aparecieron impuestas llaves y cerrojos. Fue sentir que sólo cabía en el mando abyecto de un interior peregrino, entre la tierra y su gente fungible, cuanto un verdadero mosaico proporcional a la ambición más tuerta. Atónitamente presentido, ello afirmó su arrogancia mezquina de isleño monzónico.
- antípoda: equivalencia sodónea
- usaré entonces el breviario filológico, como algo menos ampuloso que obvio. E hizo con ambos brazos un gesto osco.
- manguil
- error conciso, latitud
- orgullito el suyo
- incalculablemente caos
- vamos don Arturo, está exagerando, debiera confesar lo demás del asunto del cerro, usted sabe donde enterraron el muerto
- ... averíguese mejor
- pues entonces habrá que rastrear toda la ladera.
Se convirtió en quien temía, personaje no autor de su obra vital, colmo del asco y la perversidad costeña, burócrata aburguesado al margen de cualquier sospecha. Y ese incierto noviembre se le borró para nunca la memoria.
Habría sido preferible asimilarlo de otra manera, algo que fuera como un transcurso perpetuo a través del punto de fuga sin desolación y olvido de sí mismo.
Entonces el destino confrontó en uno hasta tres personalidades tan distintas que juntas son aceite, hielo y humo. Un joven de ollar abigarrado y modales inhóspitos, una mujer elegante en plena madurez, y un veterano de histerieta cuya única cualidad desconoce. Así de insondables resultan los vericuetos del alma.
- en cuanto al cuento del toro barroco se trata de aquella célebre tarde pasada por aguas cuando Lorenço Asanha hizo cabotaje con el mojino
- daltónico, fue el pazguato famoso entre los sementales saltillo del tipo que don Camilo obtuvo de una cruza tardía sobre esos encastes peculiares en la raza
- yo hablo del vino que tomamos con la cuadrilla antes del mentado suceso
- un mújica sin solera
- blando y soso pero encuerpado
- con un único testigo castizo
- mejor hablemos de toros.
El gordo estaba incómodo dentro del traje, tenía la sensación exagerada de estar en una rutina sin desenlace previsible. Fue la noche en que estupefacto y patidifuso se vistió para morir.

Pacharaca la propagadora.
Dicen que la mujer tenía una lengua tan vituperina como mal afilado era su poco seso. Normalmente la malicia se descifra tras el daño provocado y mientras lo peor está para ocurrir acontece que ya no importa su verdadero efecto.
Clodomira la pacharaca dominaba con denuedo ese transe común al rumor de indirecta; voces cuya furibunda materia condicionaban el sentido y la apariencia propias del mensaje en marras, que si no se sabe se imagina en obtuso. Tradición popular de enfoque inmanente a la que nadie escapa ya sea como actor, motivo u ocurrente, esencia sustancial del hecho inevitable de vivir en un presidio al aire libre.
En todo caso, los números del resultado fueron: un rincón dicho el más parnasiano de la ciudad con los peores roños vistos por kilómetros redondo, hogueras en cada esquina fértil, chiringuitos accionados con lava, rumba, sancocho y caña brava.
Entonces la otrora guapa y distinguida señora heredó las esmeraldas de su esposo. Once putas de rebosante estirpe llanera. Los entendidos le recomendaron vender en lote, pero al conocerlas cambió de idea. Juntas eran un desliz candente horadado donde reside el más incontenible de los instintos.
La eminencia gris de los pecadores caseros lloró sin vergüenza ante aquella sarta de ojos mordaces y vastos, una venganza del destino que no pudo anticipar, rasgos cuyo motivo cierto oscilaba entre la depresión manida y los confines del miedo.
Desde aquel suceso estuvo condenado a perecer en público. Tres días interminables en que las palabras de la gran señora le revolvieron el alma con un resuello horripilante.
- me matarás en medio del gentío durante la procesión del jueves de la epifanía con esta pistola cargada con una bala de pura plata
- pero...
- no puedes fallar
Un grito impertérrito rompió el silencio premonitorio de una madrugada tan helada como la fatídica.
- vengo notando que hasta las once de la noche usted es todo un caballero
- no es caspa verdad, porque sino parece que al señor le acabasen de limar los cuernos que le adornan
- sustanciación mezcla de viejo y tronche
- borracho de mierda
- Pubio Ostosia Candobera, usted está hablando con el envase mismo.

martes, 2 de agosto de 2016

Conjuro & Rotunda


- Carajo, bramó a sus adentros. Ni tampoco tiene más opción mientras asiste ausente para regar el gato...
Ahora debía confiar en su ego. Aquello cuan largo e inquietante pasadizo de varias dimensiones en curso a ninguna parte que jamás nadie camina dos veces, simplemente porque no hay vida útil que logre repetir esa inmemorial hazaña de abstracción en juego y continuidad que siquiera cabe sobre sí misma.
- claro que usted lo sabe, está inmerso en ello.
Combinación lúdica mordomendaz. Si escampa al sol el troje también se empapa. Vuelve la cabeza cual arma claudicable, mira el cielo, suplica sin ansiedad o rastro de enojo, sólo con ese hastío imperceptible que le recuerda algún pasado ardientemente remoto.
- no lo podía creer, aquella cosa surcando entre las montañas como un maldito dragón de humo y ruido triturando árboles
- enseguida supe que no resistiría dos inviernos seguidos
- la mata se acabará tragando los hierros
- y en efecto así fue, por lo menos hasta que otros tipos igual de sagaces trazaron la primera trocha
- moderna y brillante mala idea
- al menos los pasajeros de segunda ya no tienen bajarse para que esa lata no descarrile
- y cuando eso sucedía había que continuar a pie entre el barro o el polvo
- la parte más encantadora del viaje
- sobre todo cuando pasabas por la cascada de las orquídeas, si es que se la veía
- lento es una palabra que ciertos citadinos detestan
- digamos que no entienden los dilemas del subtrópico montañoso.
Virtudes pseudoneumáticohedónicolúdicas aparte de ser una palabreja de mucho condumio, es un atolladero de trasto sin homónimo.
Guerra. Rito de fertilidad cósmico de las almas oscuras. Hace el oficio de historia alternativa, incita conjuros, procrea héroes que desusa cuando más y mejor le place.
María de las Penurias tenía Jirón por apellido. De Ingaloma hizo su hogar mientras la mayoría lo olvidaban. Entonces caminaba al paso de ese hijo que nunca soñó tener, aunque tal vez así mismo lo quiso. Ser poderoso en un sentido literalmente opuesto al suyo. Propietario de hombres, minas y suelos arables.
Un buen colegio fue el pretexto que usó para instalarlas a todas en aquella ciudad tan onírica, gaseosa e irreal cuanto necesaria en la línea de lo sensible. Su acechante presencia moral era un estorbo mientras le quedasen dos cosas por hacer: gobernar la hacienda a su antojo y atraer de vuelta el tren hacia Ingaloma. Pues entonces madre, mujer e hija constreñidas en el intervalo material de las distancias intransitables ya no fueron obstáculo presente ahí dentro del contorno donde de veras si pesan los escrúpulos.
El peso de la ligereza suele ser más inaudito que leviano. La ininputabilidad del potentado en chisme era estadisticamente muy poca pero tenía algo a su favor, un montón de metal hecho tren y vía férrea bajo el sol canicular de aguaceros y nieblas. Ramiro Paniagua apoyó con hombres y dinero la gran causa perdida de antemano, pero cuando el destajo del puente se hizo visible nadie pudo dudar que hubo logrado su propio imposible.
Juntos hicieron la primera entrada triunfal, mano derecha en puño alzado, símbolo de la respuesta política que inauguró el telégrafo: ciento trece kilómetros y ochocientos cuarenta metros.
- vistos desde los guarismo del poder no resulta algo voluminoso
- y aunque así fuera, ningún mengano de tal me viene a decir cómo debo administrar mi hacienda
- pero es que nada menos se trata del gran reconstructor de la patria en soletas
- no necesito explicaciones, quiero ir con esto hasta el final, y si al muy webón le falta dinero que lo imprima.
Autor de una fantástica obra sobre la florofauna subtropical de estribación volcánica, un mentado estudioso cuyo nombre surgirá al margen de esta narración, aún no había catalogado el pájaro corneta y estaba ante la pista de un pequeño urso de pezuñas prensibles, cuando a sus pies cae una mariposa tricorne de bandeo laminar que lo mantuvo estupefacto mientras se acercaban a él dos jinetes, uno de ellos su futuro protector, toma esa preciosa y rarísima especie y a grupa galopante recorre un bucólico sendero bastante largo que lo conduce al despeñadero donde abundaron la araras de pico ancho.
Allí, enseguida reconoce una extraña variedad de chilca anti-erosiva y algunos fósiles vegetativos de una colonia bacteriana que apenas puso identificar años después, cuando el azar le condujo al extremo termal de la misma cuenca hidrológica.
- coincidamos que no se trata solo de dinero, me parece que va más allá de eso, hay un extraño miedo entre los obreros, cierta venganza latente cuyo móvil no es la superstición
- claro que si, un asunto pasional que trascendió la cama y se ha colado en su obra política cumbre
- lo de siempre a ese nivel, una amante, nada menos que hermana del mayor enemigo de nuestro venerable caudillo.
La gloria, sin embargo, resulta ser la única ilusión que se hace pasajera del momento temporal - sobre todo climatológico - antes de hacerse olvido eterno. Una noria de medio pelo recubierta de nubes, algas tóxicas y tumbos; truhanes, magos o generales, concebida para durar en los cuatro sentidos cardinales del macho montaraz.
En acápite, MedioPomo y QuarteTinta, entre los candores sulfurales y el destino salitroso de un amor plutónico. Ensayo de Gastronomía de los vicios culinarios más expansivo.
Porque si como pretexto medio un libro sale caro, peor si encima cuesta dinero en bruto.
- todo terminó cuando se fue de baile al club donde una cuadrilla de camareros nativos sirvieron a los testaferros y a sus queridas un profuso y chocante desfile de licores, mucho escote y peinetas desencajadas. Ahí contrajeron eso que los borrachos espirituosos llaman pronopsis caudal, o sea, el martirio mismo del espinazo peor sentado. Un auténtico caos termodinámico a treinta y siete grados absolutos.
- las compulsiones del apetito sexual son inherentes a los adictos al poder
- ni me digas, por eso yo no las sufro
- y eso que alguna vez te oí decir que las hazañas fueron hechas para repetirse
- seguro estaba pensando en un tren imposible.
Tal como la rutina del semental tardío que ignora lo inevitable, eso de los arraigos pasajeros en aras de un insomnio gris y trivial.
Madrugón. Aquella mañana sin salud el señor presidente se levantó mal humorado pero conforme. Desayunó al apuro e intentó disfrutar el último cigarro del mazo importando que le regalara la graciosa bailarina de vientre cuyo sabor a velos y sexo crudo todavía olía a recuerdo intacto en la pulpa de sus dedos tembleques.
Por primera desde siempre no quiso ser el centro de la atención general. Mas estaba visto que lo contrario es posible cuando el deseo inquieta. Una especie de casualidad, algo como la nostalgia en abanico de la que están hechos los trances, que sorprende desde muy adentro y nada retiene, ni siquiera un buen augurio.
Los creía pocos, tal vez pasajeros pero eso si inamovibles, aunque en substancia fueran frugalidades perversas e imperiosas, una valla atávica y arrolladora a la vista donde la abundancia del poder trasunta.
Caminó rengo con cierta displicencia hacia el jardín público contiguo ya no tan florido como imaginaba. La cadera derecha anquilosa le provocaba un dolor continuo menos somático que mental. La caballería no perdona, pensó con sorna de sí mismo.
- nada de entrevistas oficiales, ninguna declaración, que todos se vayan al carajo de donde vinieron... señor licencioso.
- debo recordarle, mi muy respetado primer mandatario, que soy doctor en leyes de la república, y su fiscal general
- licencioso fue por lo que te sobra de maricón, además, si no me dejas en paz ya mismo juro ante la constitución que te hago eunuco
- entiendo que usted esté molesto… y algo decaído, pero querrá saber que la policía encontró la daga
- ¿cuál daga?
Un invaluable puñal con incrustaciones en diamante azulino que valía una fortuna.
- si es cierto que semejante ultraje apareció tienes mi palabra que lo donaré para el combate a la sífilis que está acabando con mis mejores tropas... y ahora desaparece de mi vista hasta el domingo.
El licenciado Aníbal de María Mendoza jamás se permitió cualquier infidencia. Sufría de rancios ideales forjados por el estudio y la disciplina diaria a través de dos generaciones expresamente preparadas para la administrar la rex pública.
Su bisabuelo fue el eminente plenipotentado Nicanor de Mendoza, patriarca familiar y procurador en los avatares del mesianismo clerical. Quizás por eso tuvo hijos monjes, nietas de claustro y bastardos rumberos.
Más que una cabeza mandante aquel abogado en derecho románico resultaba el fundamento ejecutivo del poder circunstancial mismo. Hizo lo inaudito para salvar al mayor presidente de los generales, incluso les permitió corromper el sistema de aduanas haciéndose de la vista gorda. También dejó al clero conservador la salvaguarda de las tierras y del recurso humano que esclavizaban. Quien sino él sería responsable ante la conciencia colectiva de esa feroz persecución purista contra cualquier norma de conducta blindada que no fuere hipocresía conventual, y para qué, solo por el prejuicio académico del honor debido a un fantasma familiar.
Su idolatrado dignatario supremo era un ignorante tan básico como fuerte de carisma, pero insignificante para interpretar el sentido único de las debidas proporciones, un anacronismo que él manejaba a la perfección desde la sombra de ente contemporáneo en ciernes eruditas.
Viernes. Un tremor matutino avisó que venía terremoto. La gente repletaba el parque donde estrenaban bajo estricto resguardo policial una película sólo para adúlteros cuyo título para la posteridad anónima fue 'Las nuevas meriendas de Gaudinflos y Boquiflaca'.
La ciudad de adobe se desplomó en segundos. El resto, aunque cuarteada, se mantuvo en pie por la norma milagrosa del fuelle trepidante, según la cual cada zona asume una frecuencia ponderal propia mientras las cuatro réplicas siguientes no duren más de medio minuto exacto ni tengan una combinación de intensidades en fuga cinética hacia vectores graduables de uno a la menos cero.
Al fin el tal país perdido en la ambición febril de unos duendes que lo mal gobernaban, hizo noticia por otro tema que no fuera un escándalo desfinanciado o alguna aberración de facciones a tiros por la culata. Ya que dos negativas nunca conforman una afirmación, ni lo ubicuo es laudo ponderable, habrían sido necesarios otros siniestros en cadena para lograr igual efecto mediático.
Cual trompicón moderado de carácter prolífico, desde Prevenildo y Lamentada, sátira del asno consejero y la prostitutriz al margen de la leyes de la gravedad pública, nadie hizo tanto con menos de la mitad.
Fray Pinturero en su epistolario capitalino Sobrebebiendo los describe así: Fueron días de intenso trajín emocional cuyo alcance recompone el cariz fanático del populismo ilustrado. No caben otros términos para adecuar juntos este doble aspecto de divinidad en oro hueco ante una tragedia imprecedente, ajena al hecho mismo tal como si fuera parte pero no basamento en gracia de tornarse pseudo ciencia decadente ante su época, una noción que incorpora metas sin llegar a ser agente del medio donde debiera ayuntarse con su instinto de afinidad. Valga pues aquella frase ya mencionada en un consejo proverbial que atraso y ahora amplío: si miráis tras el espejo corréis el riesgo de veros hacia fuera.
No precisaba de esas jugarretas que consideraba infalibles para seducir a cualquier mujer la mayoría de las veces con un atractivo frugal y que en realidad apenas sirvieron de blefe contra los soberbios del cortejo mas de ningún sustento práctico cuando requirió uno ese día ya borroso entre su necedad y el infortunio. Ni tampoco necesitó de nadie mientras tuvo salud o alma porque sencillamente estaba convencido que no había  mejor manera de subsistir con el orgullo político intacto, fama y presencia de personaje público.
Fue entonces que se aquel grandioso desastre, irónica mezcla de superstición populachera y folclore a la memoria común del acontecer inadimplente.
- ¿Antiguo yo? Calculen nomás. Soy de la época en que mis pies todavía corrían raudos los caminos más ilusos y las señoras me decían mocoso. Hoy manejo títeres, o sea, tengo el comando del estado y la jefatura de la nación... qué tal.
Era la involución inspiral del dinosaurio tardío hacia ser humono. Significando que el pasado está ausente solo si es ficticio e incalculable el momento de su concepción fugaz. Lo incesante del anacronismo secular, ocaso bajo pátina, lindero sin retorno, muchas veces mil un enésimo que resulta arredondado porque el macho de esta especie es el único animal miraculoso que termina verde cuando se hace viejo y todo el desamor a sí mismo contra los otros le condicionan la percepción y el talento impropios. Ningún retrocede lo detiene, es que apenas se siente peligroso. Fuera brotar hacia dentro, surtir una lágrima sin acento de consecuencia, balance y aparejo.
Aquella precisa tarde estaba tan borracho que veía doble hasta en los porotos del plato de sango, por eso mientras se le movió el mundo pensó que había sido suficiente exceso y se acostó a dormir un desmayo sin pausa que ya le duraba once campanazos de alerta consecutivos cuando la caída libre de una mosca bullanguera lo retrajo al guayabo menos virulento que jamás recordara.
- cierto pelo
- perciotela de pan al centésimo
- vaya, qué clave
- a lo que vinimos, la ambigüedad no se resuelve con imperativos
- ... del ya sé pragmático...... o bien arritmias del dínamo social
- presidente bajo sospechas de fraude y falsificación, luego fingidor sobre puesto en dictadura militar, y ahora profeta con ínfulas de restaurador sin oficio, no señores, ha sonado su hora, éste también será un terremoto político.
El senador Campo, retórico consumado en la farsa nacional, demócrata consular cojo, apoyaría un nebuloso mandato interino de él y de alguien menos. Al final, fue el secretario encargado quién permitió una instauración provisional poco convenida.
Eso si, como último parpadeo, los aborígenes relatan sobre ambiguos hombres pálidos, malos en perversas maneras, apenas allá del fuego lento de un relato demencial del exceso pendencias consecutivas y esa única suya, maldita cosa donde se perdieron como esclavos ante la ley.
Redunda en moraleja afirmar que todo lugar tiene su propio momento, porque no hay manera sin oro ni suelo en la suma contraria.
Y entonces sucedió otra capitulación de poderes transitorios que se inscribe en el hecho cierto en sí mismo inenarrable
- borracho
- Puvio Ostosia Candombera… estás hablando con el envase mismo
- en este país la gente no llega puntual ni a su propio entierro.
El corazón inventó la electrónica mucho antes que el cerebro lo hiciera a través de sus manos y pies, la creó para sí, solo por eso mana el fluido que alimenta cualquier torrente que se considere vital.
Idéntico a una espiral ubicua que incita períodos dimensionales inequívocos de poder sistémico que desafía su interpelación presente aunque parezca nueva.
Fueron tres lapsos de doce horas los que acabaron haciendo la diferencia procesal, y para ser precisos, ninguno ocurrió como esos clones sin firma cuyo momento apenas capta un compás de armonía geomántica.
Según decreto constitutivo datado en fecha posterior al suceso pero instruido como abierto, se establecía que lo siguiente jamás siquiera fue factible: coincidencia, remordimiento, inquina peyorativa, punga y desmemoria.
Solo hasta entonces continúo insoportablemente celoso, y luego que fingió indiferencia se juró misógino de estampilla e incluso hay quienes aseguran le especificaron cupo clerical en algún monasterio como quien cumple sentencia en ausencia de reo.
No hay mundo que mejor se imagine que el porvenir. Todo tiene su hora y época en el existencia personal, y mientras la noche desate sus instintos ídem.
Quince minutos en el cargo resultaron suficientes para sentar las bases del nuevo código ideológico nacional: la improvisación a pucherazos.
Fue exactamente cuando alguien de la escolta movió su fusil hacia el lado ciego mientras el contable Chinto Ramírez, registrador de la propiedad ajena y usurero de escrúpulos católicos, se distraía con el encanto indescifrable de una cándida joven llorosa.
Entonces Ostosia abrió fuego y nuestro personaje, dubitativo aunque risueño, corrió herido hacia un matorral florido.
´Atentado: peligro de guerra civil. El presidente se dirige al pueblo desde la clandestinidad, pero Ostosia declara que lo mató y que quien habla desde un ferrocamión - tractochiva de ruedas de madera de guayacán – es su doble´.
Levantisca. La prensa es la cuarta dimensión del poder masónico libertino. Sucede en el desvelo futuro, aunque paradójicamente hagan de esos pocos instantes medio siglo y tanto más. El colmo de cualquier forma radica en su contenido mismo, ahí donde pesa el culmen de cualquier argumento.
Carajo, una exclamación que perdura sin eco, no obstante, la épica de prisa se consuma en tragicomedia. Entonces el refranero evade el escenario con una parodia en verde, fraseología que excluye incidencias mordaces pero que hacia fuera ostenta lo común e ignoto.