jueves, 27 de febrero de 2014

El vocablo QUI y el trilema de las tres razas.

El maíz es todo y está en todo. Ríos de maíz. Sierras de maíz. Hombres de maíz. Valiente, puro, paciente y verdadero.
La dinastía Quilhago funge orígenes transcontinentales isleños hacia la tercera generación de ascendientes de un reducido número de viajantes primitivos que sobrevivieron a una migración asiático-melanesia míticamente documentada, con probable fama de descubridora entre hordas tardías de procedencia formosa.
Migración que parece iniciarse siglos antes de lo establecido por la historiagrafía oficial, y a disgresión de opiniones interesadas, al menos 1.200 años de la primera fundación aceptada de una cabeza de playa que luego se transformará en un conjunto de aldeas marinas en la acodadura este en la zona de la antigua desembocadura de los ríos Shoni y Kayapac.
Pueblo de pescadores ancestrales que veneraban la Luna y sus cientos cuarenta y cuatro apariciones posteriores al primer desembarco, e inicio de una enigmática saga continua en el tiempo desde allá de los mares de Borneo, en la gran bahía de Sutra.
Nativos ya, comulgaron con el viento que todavía llevaba puro ese aroma  de la decantada zona volcánico lacustre, cuyo entorno inescrutable vieron semejaba el arribo de una joven madre con su hijo atado a la espalda, presencia descollante y caprichosa de nombre Quilhago, quien dirigiera la primera oleada del Chiri: nueve mujeres, cinco niños, dos hombres y ningún equino del que se tenga memoria.
Sin embargo hay muy pocas pruebas de lo afirmado. Apenas una pictografía inscrita en barro de cangahua, una cuenco de cerámica bicolor envuelto en sigse tierno y un petroglifo posterior con el topónimo Quilhago en idioma Ká.
La primera sílaba compuesta no admite dudas. Actualmente persiste, entre otras, como nombre de una capital de gobierno. Las otras dos sílabas no tienen todavía alguna etimología fiable. Pueden tratarse de imágenes verbales o bien de complementos genéricos.
Contemporáneamente, pero a muchos kilómetros de distancia hacia el sur, otra tribu de características papúas y del mismo tronco mitológico, inicia una marcha similar igual de ardua, que al poco tiempo se convirtió en la conquista de los que llamaron el primer reino solar de Eguruyaló.
El cacique Tumbé funda una ciudadela de concepción astronómica y erige un templo al ungénito dios Pachecamak, amo y señor estelar del nuevo mundo, donde los sacerdotes le conminan a buscar el Camino-del-Sol.
Cinco generaciones después, sobre la base de una cultura austral de procedencia júbara, probablemente selvática pero de asimilación tan remota cuanto inespecífica, aunque dadas las condiciones topográficas imperantes pudiera pensarse en el papel de la pura casualidad, sientan bases definitivas en lo que desde entonces sería su territorio histórico.
Habían heredado monolitos impresionantes, tumbas de monarcas anteriores a cualquier memoria que conocieran sus anales de pueblo viajero, sabiduría agraria avanzada, aquella estimulante hoja divina y uan estupenda organización social.
Pero el Camino-del-Sol del Séptimo planeta aún estaba lejano, allá del lugar con zonas de transcurso hiperdimensional, como que de hecho la velocidad y rapidez son distintas sólo si como frecuencias de onda del azul verdesmeralda en amarillo ecuatorial.

Si entonces es tu después que ello siempre sea el ahora  Yo soy dos mentes en un sólo cuerpo.
Reza una inscripción en la entrada al sitio ceremonial donde termina lo temporal y empieza la otra verdad del alma; fragmentos de un sueño inacabado, diverso e indivisible.
Existe un Reino grandioso e ilimitado, cuya extensión no ha sido vista por generación alguna, lugar invisible nunca abarcado por la percepción del corazón, y jamás llamado con nombre alguno.
Latencia en piedra y desierto, monumento cuyo tamaño tornó el cielo ciudadela en barro, nido para el sagrado pájaro del mito oculto.
Setecientos años después que ocurrieran varios diluvios simultáneos, sin mas aviso previo que un destello tajante, mortecino, y tal vez a consecuencia del choque de meteoritos contra la superficie lunar para una impresionante sucesión de hecatombes en cadena que los patriarcas del pueblo chorrero llamaron ´la rebelión de las aguas´, y origen prospectivo de la última dinastía costera pre-colombina.
En esencia, todo comienzo determina un final, aunque hubieren principios nunca empezados ni finales que jamás acaben. Medir tales duraciones es una falacia, porque sería igual a calcular el infinito. Por tanto era un panorama todavía multicolor. La inmensa ciudad a mitad del lago alberga el secreto del colapso. Una verdad en piedra inscrita para siempre con sangre.
En Cefenalia, Hartun o con los Han, el proceso iría del homo grotescus al hacha de doble faz y la cerámica cromática; el cazador totémico de lenguaje articulado con idioma propio cuyo fundamento ideológico si bien primitivo fue esencialmente religioso y policial hasta convertirse en agricultor ritualista.
Todo imperio es por necesidad monumental y comprueba que los presentimientos de gloria existen en cada uno de los fundamentos entonantes del caos organizado: constancia solar en motilidad lunar y penetración sutil, símbolos quebradizos de un delta desecado, factos nativos a una distancia de sí incalculablemente extensa y ubicua.
Luego de estas diversas variables disuasorias ´el Señor de lo que cambia´ confabula con el verde profundo y hace las tormentas. Milagro compuesto en un pequeño planeta acuoso, volcánico y perecedero.
Las cataratas sagradas en la implosión titánica del privilegio y la esclavitud. Serie rupestre de corolarios hiperbólicos comunes al tema central en un equívoco laberinto funerario del tirano caduco que forjó la calma y osó azotar el mar como doctrina central del recurso teórico cuya degeneración más patética es inmanente a su cuestión de única regla en juego.
Verdad falsificada o historieta de mausoleo -orden arquitectónico de bóvedas entreveradas- que se desplomara anonimamente decantado por insignes guerreros que compusieron una gesta voraz de fases idealizadas e dependientes entre si: una primera parte extraviada; el segundo tomo rasgado en algún entierro profano; una tercera porción que se supone sería algún legado secreto en secuencias que eximen el asunto de cualquier importancia mayor; y las restantes materia de ese sacro mural bajo el deterioro en mención.

Tierra, vientre fértil del viento, una finura de barro, madera y sol.
Baste una sueño frente al mar para sentir que los claroscuros del transcurso a veces resultan luminosos. Un bostezo en plena tarde a dos horas de la indiferencia absoluta. Poca nostalgia y ningún empeño.
Juliana bambomenea su traserito con una gracia única que ya antes provocó atascos de tráfico, entupió próstatas y hasta hizo estallar una cisterna de hostal. Ella reina entre gente que amablemente la odia. Ha sido más dura y recalcitrante que don Camilo Fuentes, su padre. Pero el hotel está vendido, la playa languidece como una tardanza y el profesor Mestanza aún aguarda por ella.
Estimada Juliana: ´Con la novedad que las constantes lluvias impiden que continuemos la limpieza de los sectores aledaños a la excavación principal, siendo imposible proseguir mientras no aminen. Por ahora nos hemos concentrado en explorar las grutas que sospecho comunicaba el el templo central a los manantiales termales que drenan artificialmente al río subterráneo. Adentro la temperatura promedio rodea los veinte y cuatro grados. Los nativos se han negado a entrar con nosotros, por lo cual llevamos una exploración ciega de avance muy lento. Aguardo ansioso por noticias tuyas´.
Ha oído sin escuchar los alegatos; aguarda endomingada que termine ese suplicio legal que su padre desató con su muerte y la herencia que contenía; era hombre rudo pero coherente; tenía una tremenda voluntad de acción a veces pueril para el medio que hacía lo confrontar con los demás.
Fallaron contra la apelación porque la querella fue incluida en una demanda única sobre de activos sancionados. Solo ella salió contenta. No necesitaba esos lotes de nadie ya ocupados por decisión del alcaldía.
- eran ignorantes bastantes sensatos, sabían cultivar su dinero
- si se refiere al cacao de aroma le recuerdo que se trata de un monopolio estatal
- solamente en el reparto y distribución de las regalías a los pequeños productos
- usted compara una economía primitiva a otra inmersa en el mercado de productos básicos interligados
- solo pretendo rescatar los estamentos primarios de su trabajo comunitario
- entonces sugiere que se han perdido
- claro, hay diferencias notorias en la actitud general, son muchos más comuneros y están desorganizados, pero el escenario marginal es el mismo, las necesidades brutales y la dependencia progresiva
- el suyo parece un enfoque pesimista
- los es, caballeros, todos los acuerdos preliminares favorecen el desacuerdo general.
Apeó la balsa tal como lo hicieran algún recóndito día otros antepasados suyos. Estaba perdido y repleto de río. Cuando desmontó un pedazo de suelo para echarse a descansar estaba bajo siete siglos de sol y nieblas difusos en la rampa celestial del santuario de los tres colores. Creyó que el dueño del plantío no se lo perdonaría y se apresuró a tapar el boquete con palas de zapotal, ahora clave principal para el hallazgo cumbre del obstinado profesor.
´Entonces quedamos maravillados ante el portento. Aprovechando el ligero declive del estrecho pasadizo ceremonial, en realidad una garganta dantesca casi impenetrable que se amplia y trepa suavemente hasta alcanzar la rampa de lo que hemos llamado Templo Centrípeto, un sitio ceremonial que ahora apenas sobresale entre los árboles que pueblan la zona, donde la vegetación adquiere aquí una exuberancia y variedad impresionantes. Las excavaciones continuarán al menos por lo que resta del año. Hoy dudo si de veras vale la pena desentrañarle ciertas cosas al tiempo, en especial cuando se trata de lugares cuya magnificencia van más allá del entendimiento científico por contemplativo y puro que parezca. Los nativos ven con gran asombro cómo hemos extraído de la selva una mole que sólo los espanta y entristece´.
Juliana no recibió la carta porque arribó de improviso antes mismo que cerrara el sobre. Venía sudorosa y taciturna pero estaba contenta. Ni siquiera disimuló en un intenso besos la alegría de volver a verlo. Una mirada descrifrable dijo el resto.
- por favor, acompaña a la señorita al barracón
- usted no viene profesor?
- debo cuidar unos asuntos pendientes, pero te prometo que un par de horas me tendrás a tu entera disposición.
Y ya no pudo más quitársela de la cabeza. Anduvo hacia el embarcadero del otro lado del plantío y hasta tropezó con micos y guardarrayas. Inquieto era un pésimo transeúnte. Después de mirar de frente los girasoles pensó en aquella espeluznante leyenda jíbara de los interminables campos de flores que poblarían el mundo tras el tiempo de la civilizaciones humanas. Tarde ya para arrepentimientos, así como cuando ello es una corazonada sin vez al retorno.
Un consejo ancestral de gerontes con poderes supremos gobernó durante siglos aquel pueblo de origen incierto cuyas costumbres tribales los remontan por comparación antropomorfológica al oeste del pantanal, exactamente hacia la región lacustre de estación húmeda.
Según indicios concluyentes hablaban algún dialecto de fundamentos mesoandinos cargado de aportes lingüísticos variados que se modificaron durante una migración de ida y vuelta que duró mas de ciento cincuenta años y que culminó en este confín tropical.
Entonces casi de repente inventaron una escritura pictográfica única y propia plasmada en monumentos hiératicos con pronunciados rasgos mágicos-totémicos. Su rica cosmogonía estuvo poblada de seres fantásticos donde predominan la pantera de garras ladas y el busto de un cóndor, ambos representados en sendas piezas de plata huanaca con ojos de diamantes azules.
´Hubo cierta confusión inicial debido a que en diferentes sustratos previos fueron halladas hazagayas y hachas rudimentares, puntas de flecha hechas con obsidiana y restos de cerámica decorada cuya afinidad de fabricación resultó ser idéntica al periodo contemporáneo en una región distante miles de kilómetros hacia sueste. Quizás una coincidencia más entre muchas otras, agregada el factor latitud y la prueba de un sedentarismo incipiente ajeno a un colonizaje primario.
Toda sociedad muestra cierto grado de aculturación al que está sometida cuando ignora y destruye las obras de sus coterráneos antepasados con la más ridícula indiferencia, que además son cual una corazonada sin vez al retorno.
Estas consideraciones bastarían para optar por una preferencia más cuidada respecto del importante asunto que aquí no ocupa como arqueólogos e historiadores; pero las cuestiones antes planteadas no incluyen especificaciones que de manera práctica, tarde o temprano, condicionarán las discusiones sobre el tema, ora porque es virtualmente imposible definir las consecuencias probables o inminentes cuando se desconocen los alcances de una reacción en masa que cuestione la narrativa oficial al respecto, ora porque tal vez nadie asumirá tamaño arbitrio prospectivo que compromete hace ya mucho tiempo un entrono sujeto a la extinción académica.
¿Cómo explicar entonces los distintos modos sintácticos de un idioma aparentemente común a tres demarcaciones agrícolas autónomas, pero a la vez territorial y autocrático en todos sus preceptos unitarios? ¿Qué es una gramática pictográfica monumental entre más de veinte dialectos afines? ¿Cuántos tributarios independientes aglutinó? ¿Quiénes fueron los forasteros que a seguir fundaron una dinastía guerrea capaz de hacer frente al Imperio andino del dios Sol?
En consecuencia, el vocablo Qui tiene en el subfijo Chi su mayor misterio lingüístico comparado.
Tal vez este fue un asentamiento sagrado común a varios pueblos confederados y tribales esparcidos en un territorio tan diverso que ocupaba el espacio de un inmenso país irreal y fantástico en su más formal sustancia, gobernado por hombres pero esencialmente matriarcal. Varias migraciones anteceden cualquier demarcación nacional´.
Por Tú gracia brota el manantial en su inamovible camino hacia el infinito, reza el epitafio en el piso de un petroglifo musgoso.

Pero su verdad etimológica puede estar entre la vulgata anónima de carácter oral cuya duración abarca varios deltas baldíos y alguna explanada de ciudad milimacrométrica ha siglos bajo tierra. La palabra originaria fue posterior al santuario donde se extrapoló ese vocativo clave que algunos maquinadores llamaron eslabón concurrente.
Los presagios sagrados del privilegio dinástico y la esclavitud tienen alcance de efecto retardado, como una serie de corolarios hiperbólicos comunes al tema central en un equívoco laberinto funerario, que recuerdan al tirano caduco que osó la democracia y se atrevió a azotar el mar, en suma, el recurso retórico de una doctrina más prosódica que proto-patética inmanente a su cuestión de única regla en juego.
Lo cierto es que aquella especie de mausoleo gramatical resulta de una progresión de bóvedas entreveradas, un orden arquitectónico beduino que fundió a la perfección los inconfundibles estilos de Capadocia y el Alto Paraná, una gesta voraz de recomposición material tan antigua y perturbadora que el poder monacal hubiera arrasado ello sin apenas contemplación.
Ki es el planeta de maíz de las tres azas.