domingo, 14 de febrero de 2016

Sagas - recital a tres bandas.



Tongo

- ni siquiera tuyos, de nadie, yo no voy hacer hijos para que este mundo perverso me los acabe devorando

- ¿matarte?... en realidad no lo hago porque solo me perdonarían con la cárcel

- pues entonces dedica a otras tu maldito dinero

Parecía una trivialidad menos de las revistas de prensa rosa con los ingredientes esenciales: fama y extravagancia.

Exclusiva. Pecos Cimarrón se divorcia.

El turbulento personaje se llama Amarildo Menises. Nació hace tiempo indeterminado en un pueblecito remoto del norte, adonde nadie imagina cómo salió del mapa Pinjapimgo.

Sus primeros recuerdos se centran en el desierto al borde de las minas de azufre y los enclaves de salitre. Hay una mecedora coja, la hamaca de siempre y un barquito casi imaginario encallado sobre el lecho polvoriento de una laguna fósil. Luego otros puebluchos como el suyo, y la guarida de ese asqueroso veterano de la vida que por un mendrugo lo explotaba sin misericordia.

El gimnasio fue su único hogar en medio de aquel entramado caótico de callejas laberínticas faenadas por canallas sin escrúpulos y apestosas a mugre rancia. Allí anduvo en un mismo cuerpo dos apodos. En un santiamén pasó con méritos propios enclenque a mariapalito.

Entonces ya denotaba una mirada feroz. Estaba chato de facciones, grueso y bembón. Aún no lucía su robusto trajín de cicatrices, anillos y charoles que después le dieron un aspecto de matón de chirona.

Aprendió que mientras demasiados se creen importantes y se suponen el gran muco, apenas nadie garantiza el negocio.

Preparaba un ensayo que al poco se haría cenizas por cuenta propia, Pompa, daba inicio, las flores bailan al son de la farola mientras el viento remece aquestos pétalos surgidos del ensueño de un momento difuso. O traducido al babélico: baste intrigar, empeorados por el pánico, son los estruendos de cuando esto al fin se caiga.

Al borde del boletín continuaron charlando varios cafés con roscones al hilo, sobretodo de xenofobias y encontrones diversos.

Omayra Bustillos lo espera sin calma. Todavía no ha madurado una cita entre los cónyuges interdictos y la farándula ya tiene anunciado su veredicto.

Consta en suplicatorio ante el juzgado segundo de instrucción ordinaria, que la mencionada señora deniega al deber sacramental de procrear hijos bien sean del demandante o de cualquier otro varón que lo intentare, así también la interrogada declara bajo juramento de ley a llevar dicha carga en el sincero convencimiento que, según propias palabras, ‘es un mundillo ulterior con gente expuesta a una saturación posible solamente parecida al infierno’. Argumento cuya comprobación queda sujeta a un peritaje procesal.

Y sigue: ‘Cansada -errata en el texto-, estilista, dice lo desea y respeta como siempre aunque jamás para permitirle un hijo. Que no gustaría ser cómplice en semejante crimen y alega una tal asociación con fines innecesarios. Luego, ensamblada por una asociación feminista registrada, se sintió mejor, ‘a vuelo de cóndor’ (textualmente, párrafo con veto al emblema patrio) y dispuesta.

- señoría, tanto aforismo concatena adrede una serie de cuestiones nada involuntarias de afectos crispantes sobre el cliente, quien según su abogado responde como un varón ejemplar y que en cuanto a las aguas del tiempo es preferible callar.

Interrupción cautelar. Señor secretario, prevenga esto con un aclaro interrogante semántico. Prosiga.

Que no precisamente falta recurso ni sobra perspicacia… Las ideas profusas del abogado defensor aburrieron largos veinte minutos más.

Quedaba ella y una corte de picapleitos en profusas corbatas coloridas.

Acaso la salpingectomía preventiva, se preguntaba la defensa, no supone acaso un riesgo de nivel vital.

Tal cual libertino que duerme una cruda, el argumento era mejor una vez expuesto. Luego rebuscó un ‘defecto demográfico en corral rateril’. Todo un absurdo imputable para nulidad que irrumpió en el tribunal como una ráfaga. Manera cuya figura entraba en vehemente contradicción al tinglado de otras argucias que permitía al tribunal un delator por circunspecto. Después hubo algún desacato pasional que provocó el receso de la causa hasta nuevo aviso.

Titulares matinales de la prensa conservadora: Audiencia procaz; Continúa la farsa contraceptiva; La cacatúa no desespera; Una condena segura.

Un largo pasillo de puertas cerradas, ventanales con parapetos dintelados, y al fondo, sobre pisos de diseño oblongo, una muralla de archivos entre dos oficinas.

Ambos amagan ante el saludo.

- te deseaba pero no para eso y lo sabías

- pudiste ahorrarnos esta farsa

- arremete y seré tu esclava, aún estoy perpleja

- ya no tienes con qué presumir

- le dicen cobardía

- cuando es solvencia

- barata!

Tal como en un truco donde no se advierte lo que acabará sucediendo cual anticuario de prejuicios propios de quien apenas ha sido un campesino forjado así mismo en los barrios bajos de la ciudad. Se remonta a aquellas épocas de voceador del diario El Siglo. Son veces que busca alimentos en cualquier resquicio opresivo o se entromete en un acceso para devolver las ansias como hipos ulcerosos. Aunque forjara lo suyo exige esa promesa resuelta tras años de golpizas y luchas empatadas.

Una mañana ya remota don Magdaleno le dio empleo como utilero. Iría del mercado al gimnasio con la misma facilidad que después le maduraba encerrarse sin guantes por unas monedas contra cualquier grandote.

vamos muchacho, humildad de campeón, mantén la guardia y el ego bajo las suelas, dale fajador, no traiciones tu estilo.

Fue poderoso porque sus puños los eran. Cree que la gloria le sucedió un lunes a medianoche. El retador poco cotizado enfrentaba al campeón del gancho fulmineo. Los expertos daban por ese insignificante pero velor y fibroso retador las mismas posibilidades que ninguna. Pero los defraudó en apenas tres asaltos. Esperaban menos potencia a tanta finta y juego de cintura. Desde entonces supo estupefacto como no se comparaba la fama a una ortiga. Después tuvo peleas tan duras en defensa del titulo que las obnubilaciones y los tinitos confabulaban su mente semanas enteras. Aquel negro Rocota le provocaba pesadillas recurrentes.

Semblanza para los que presumían de cuerdos. La indecencia en penumbras ofreciéndose al sexo montuno. Posdata.

excusas doctora, valga la advertencia por prevenirle pero creo que se nos incretó el texto

evidente, porque como veterinaria convencida me acabé casando con un animal.

Una hojarasca borrascosa suspira caimanes sobre el Aragua. Hay como sabor a sendas. Una doncella vierte sus cabellos al viento pero ensueña contra la ventisca. Tiene un ramillete opaco donde le penden flores rotas e hilachas de musgo entre brotes de setas cobrizas. Ojalá que nunca más su furia vuelva de colmar tan tremenda ira con esas ideas cual piragua a la deriva en el aguaje.

Los sensacionalismos capitularon de bagatelas y chismes las mofas al escrúpulo del caso. Tuvieron acceso a una versión previa de la sentencia sin dictamen cuando el juez anuló íntegramente el proceso por filtración de informaciones sumariales reservadas y encerró el caso hasta obtener para ambos interesados nuevas garantías de imparcialidad arbitral.

Menos mal que enseguida se precipitaría a bala otro flamante escándalo de adulterio político. Era la esposa del generalazo en exclusiva contra toda su escolta personal. ‘Y si se enteró fue gracias a su suegra’. Pero tampoco cabía que el jefe de los servicios de información del estado le ocurra algo semejante ante sus mismas narices. Una auténtica caricatura marital de magnitud pornográfico-política.

El pobre hombre fue durante meses un consumado cornudo sin reparos. Entonces los acusados juraron que la orden fue castrar. Corte marcial gratuita -insertese aquí publicidad para peluquería canina- y la doña alega impotencia indiferente del cónyuge. El general renunció, pidió los fulminen y se declaró impune.

Porque en el juego de las apariencias solo cuentan los golpes bajos, o tal vez ocurre que una relación irregular es sentilmentalmente prescindible.

¿Hubo trifulca entre el minero mendaz con los pantalones al revés y con tirantes en las orejas, confrontado al intelectual del concubinazgo omitivo, o fue la más ordinaria y poco ética intromisión en los asuntos personales de otra famosa y sujestiva pareja?

Acaso sólo demasiado metiche por pedestre. Ni se pudo pedir menos y hay menos a reclacar. Entonces quizá hasta las hormigas fistiana tenten su rato para bailar. 

Candaña fueran una familia mestiza puro longa -se dice del cholo cruzado entre macho incolor y muchas víctimas aborígenes- que provenían de las zonas altas del Tolontag y que ahora, al menos tres de sus cinco ínfulas perdidas, habitan las populosas barriadas de esta intrépida metrópoli colgada en la gravedad decadente de pendientes montañeras, sobre rellenos de basura donde antes hubo quebradas cuyos duendes aún disipan el silencio con extraños cánticos y bailes solo para quien sepa escucharlos a baja frecuencia: colibríes, lagartijas y matorrales; percusión con vientos de sorongo, caña y rondadores.

Visto que lo inmóvil se torna casi invisible puede afirmase que el ruido fenomenológico los aniquila por entero. Huellas luego son secuelas del ahora y un concepto fantasiosa manifiestamente absurdo.

Quimera, meteoro e infamia. Piernas al compás del ojo veloz.

Nadie puede domar el pasado, peor pervertirlo, tan vasto cuan incomprensible sucede una vez para siempre y luego se repite con una frecuencia cuyo tipo rastrea lo presente de manera que se acumula en un vorágine de cualquier transcurso, anterior o actual, presto u ordinario.

Así, el universo visto en oscuro, resulta ser la cuarta dimensión de aquella profundidad sin duración, varianza o secuencia manifiesta capaz del ocupar su inalienable todo.

Rusticio Mercurio, nombre sin registro para la fama musical imperdurable y buscador incesante del ritmo en su rumba, sostuvo una audaz armonía que interpone cuerdas, vientos y voz.

Trompeta, mujer y songo -instrumento antillano nativo de forma tubular similar al mongaso prieto- impreciso. Pues bien, el tema es que se consideraba al asunto enconado entre dos intersticios variables que pueden regentar los pulsos del acorde variable sin suceder.

Material a interceptar; parches previstos en números que capten la exactitud del acorde punzado.

- los machos hemos de admitir que manejando el mundo hemos sido un complejo desastre

aún me parece una visión abrasiva de los hechos concretos

- me refiero al matriarcado como tal, claro, si verdad pudiera discutir objetivamente hablando un hecho perceptivo cualquiera, y sin embargo, admito digamos, su legítimo derecho a la extorsión

- ni cosiéndote el culo hablarías tanta mierda

- tan adelantado te encuentras que para ti el día empieza siete horas antes que para el resto

- es el uso horario

- liviano pero reacio

- y algo sobrado de canas para la edad

- ante semejante dependencia hay todavía mucha soberanía a enajenar toda una felonía.
Esta última frase que imitaba una interrogación en timbre sarcástico resultó ser un quejido gutural de lirismo recoleto en señal de choque.
La paradoja quema las manos como una tara cuya usurpación supera el procedimiento mismo, aplicado por y para la autoridad de fuerza que el sistema perpetua metódicamente a base del valor implícito expreso de cualquier objetivo, nominal o variable. Y ningún intento de resistencia minoritaria prosperó. 

Un anecdotário del renegado. Imagen residual de realidad compartida. Jamás creyó que sumir para siempre fuese algo mental más tedioso que posible. Tal vez pronto se sintió envuelto en los marasmos de un regocijo previo cuyos únicos motivos verdaderos estaban entre su comodidad y la añorada brisa marina transcurso del día venidero. ¿Infame exclusión o simple cobardía?
Y así como todo en esta vida pasa a ciclos variables dependientes del acoso al dinero, le sucedió de pronto que justo lo que no hubo previsto, un alma de presencias vacías con habitaciones ausentes.
Pastor de mentes a soslayo, Manuel, mínimo de estatura, bigote indescifrable, aspecto de burgués sin memoria, histrión de gusto popular, oculta por evidente antonomasia entre la ignorancia general más profunda y culposa de punga nato y criollo sobón, una panza vadia a efectos necesaria para la ponencia del aculturamiento importando desde los sótanos imperiales de impronta neofeudal, que a pesar de la sospechosa velocidad tecnológica apenas cambió de momento.
- el matrimonio, mis soberbios parroquianos, es un asunto que empieza en el lecho de los instintos y culmina en cualquier juzgado infestado por muérganos. Oh... si eso es amor por dios no me quieras.
Gámbito nace, tra-baja, sufre y perece arrinconado. Deslumbrado en su revés, inscrito en piedra, nadie se jacte de haber logrado tal derecho, al cabo es toda una semblanza de semántica hermética.
Era cuando definitivamente se impuso su sino. Tardó en comprender que lo hubo roto en decadencia, que aquel cálculo de principiante fue tan temerario cuanto las circunstancias que lo indujeron.
Por fin, una noche profunda y tibia, desapareció entre tinieblas de mangle y estero. Quien escupe mientras boga nunca vuelve.
Desde allí mismo se oteaba el imbarajable rumbo que hubo tomado su destino de posta en perspectiva distinta aunque menos dicharachera.
Presagio fanfarrón luego de una jaqueca por jerga filológica. Entonces traspasa el umbral temerario que rige trepanante en su memoria errática de árboles que flamean al viento en tonos forasteros.
Acaso algún se sabrá si esa tal perra fue la loba dominante que en pleno invierno tropical devoró a la dueña de su camada.