domingo, 15 de marzo de 2015

Un espía cena con nosotras.

El espía escala un extramuro hasta alcanzar una galería atiborrada con gran cantidad de enseres y objetos tales como ceros ruecos, fotos de baile, aperitivos resecos, galletas cluecas, casuísmos, bandejas minuciosas, masas de retirantes, transubstanciaciones, moños irrepetibles, impositores, aromas varios, ultrajes sin sastre, remiendos, conmutantes, devasas en crecimiento exponencial, y otros etcéteras incalificables.
Por ello Dios no juega a los dados pero tampoco al ajedrez, batalla abstracta y peligrosa que no termina jamás. Presagio al que eufemisticamente se llama realidad.
Entonces, esbelto, decide no respirar pero flaquea, su incierta sabiduría ignora que todo hábito se transforma en ley gutural o prosodia.
Por la ventana de un treintavo piso una megalópolis hierve en pleno verano. Esto mismo analizado a través de un amplificador ultramicroscópicamente sonoro son: estipéndios del requinte en un continuo tráfico de fluencias cuya sustanciación prueba que cualquier moral, sea cual fuere su origen, es perversa e impone el miedo como pseudo-equivalencia regresiva.
Llaves que nada abren, aplomos retóricos, contradicciones e insignificancias. Asunto non-periódico para ayer: la cultura como contraceptivo estético del poder también se irradia por contaminación, doble o simuladora de si propia muta remitida a los goces de la vanidad. La justicia, esa prostituta garrotera cuyo eufemismo académico atina el escándalo, desdice los hechos hasta hacerlos súmula para criar cucarachas.
Ya sobre la pista el agente infla los sensores digitales y emula el vino que bebió la noche pasada.
Próximo contacto inmediato, cuarto furgón de la última estación en vía Aledaña. Clave batón mineral.
Baratina. Lujotón. Maracujeos. Vio venir a la rubita ventrílocua, se enchufaron en un beso ortodoxo de sabor agreste.
- tragatelo, le silbó bajo con voz inocentona durante el frenazo que los sacudió juntos. Candela intuye que para ambos ahora este caso si será una cuestión en el umbral del dinero.
Recodan algunas ideas molestas. Tendrá que urgar minucias entre los restos de la profusa cena de ayer. Arroz salvaje, galeto asado y frambuesas en almíbar.
Secuente o simultáneo, como praxis al inmediatismo, el efecto deplora la intención fundamental.
Un taxi de vidrios minúsculos, dos autobuses semivacíos, lonjas rampantes, hotel Ebur, otra cama inédita. Su sueño imperturbable bastante jintajanfórico trae a tona algo sobre aquellos colegas diezmados durante su expediente como agente para el contragusto del sistema de protección integrado al ministerio de gobierno.
Cuando las barriadas confabulan, entre la playa y el mar, cabe una franja insensible donde se reproducen los amuletos que les cuelgan de las muñecas, caracoles de concha cartilaginosa, casi sobre el resuello citadino, bafos plácidamente inmundos que un túnel sobrecirculado expele hacia fuera, ante zonas verdes de referencia, y signamientos que ya no tienden a conservar el equilibrio por adaptación factorial.
Otro vistazo al sensacionalismo cotidiano para desentenderse cada vez más con la transición establecida. Gratis; los diputados reajustan el salario a la inflación para una devaluación del doce por ciento. Salud; el odio público como caja de resonancia. Gastronomía sin hambruna, pavo melancólico a la guillotina. El tío Samto emite su veto; son tan poderosos que pueden afrontar cualquier consecuencia. Espectáculo astral; fotos de una llamarada solar. En cartaz, Chantza Larenga en portada y revista. Extravagancia textual; en cuanto al rival, aparentemente, no hay problemas. El periodismo deportivo se organiza al unísono del poder y cuaja con la lengua un equipo invencible, porque si juegan apenas menos que lo comentado, nadie les aguanta el tranco, solo restaría calcularse el costo del árbitro y campeones.
Eruptos del desayuno y un largo baño de inmersión en burbujas de sábila, pero el esfinter aún no respondía, aborrece la idea del purgante, prefiere una infusión inductora que casi al rato le deja sobre la siguiente pista: gardenia engañifasta-121 sobriedad elegible cupo-065 tanteo mingucia.
Recurre pues a la edición actualizada del catálogo para desciframiento numerológico en clave mixta. Yoga en palanqueta basal, india catatumba bar, tren hacia Samarcanda, andén F, veintemil horas.
Rompecabezas abierto entre el sortilegio vernáculo y la superchería popular. Sufrió un sudor vertiginoso. Significaba vulnerar las defensas de un organización para-estatal temible, el agente Serafín Lavura tembló de miedo.
Transferencia en efectivo a su ruleta bancaria confidencial. Cartas para los suyos remitidas a sí mismo. El cursor de la locadora se traba y sus desestimaciones teóricas lo desmienten en el acto. Luego que varias ondas de interjección vertebral ponen a prueba su capacitancia psíquica ampliada recibe el traspaso con palabras gruesas del emisor irritante.
Entonces en una terraza pudo beber cerveza durante el fin de siglo con la soledad repleta de masas video-vigiladas. Ahí consigo en una larga e intensa deducción comprueba lo sensibloide que está desde anteayer. Son los dueños del negocio y si manipulan la verdad es porque no saben mentir. Vuelta la pagina se siente un neurótico asintomático a presión del progreso profesional. Después tal vez necesitará un tratamiento basado en blandir sonajas adversivas y agujas tantálicas en un balance terapéutico de normas opuestas. Eso mientras no cuenten otras previsiones o los caducos del patíbulo solo tramiten combas herméticas.
Observa a solas en el intento de hacer algún espacio vacío con el tiempo restante. También le estremecerán las figuras de un puerto tras densas brumas grises. Desease suerte, intuye junto la presencia exquisita e intrigante de Yosidara, los aromas en cubierta esparcen ese su olor ya familiar. Representa una señorona emperifollada que tiene como sombras ululantes a dos tímidas morenitas quienes le siguen voluminosamente cargadas de equipaje, y al verlo se dirige hacia él.
- pero que fastidio de hombres eres, ¿dónde andabas?
El ataque de risa le duró más de lo deseable aunque el dedote del pie izquierdo todavía conservaba la marca de aquel taconazo seco de alias Rufina.
- por lo menos traerás tu pasaporte... Aldo.
Fue el único bautizo que recordaría para siempre. Le llovió agua bendita mientras arrastraba el equipaje por cubierta, y luego ya en el camarote ella sentenció sin miramientos:
- esta noche duermes en el suelo
- tu marido eh, pues ahora tendrás que soportarme aquí... estrecha.
Mas unas horas después ella confesaba casi suplicante:
- anda ven conmigo, este clima me apavora, todo se mueve y hace demasiado viento.
Y luego él susurrándole despacio en ritmo de tempero contesta:
- el miedo no flota, además ninguno de los siete mares se atrevería contra ti.
- abrázame tonto.
Tan suave de piel como impredecible de carácter. Ella soñó con calles de pan y gigantes de queso, ¿acaso hay gatos a bordo? En tanto él despierto imaginaba su aroma predilecto en plena brisa.
Al amanecer comenzaron sin tregua los cuestionamientos mutuos. Que si ambos habían recibido idéntico pedazo de billete lacrado, qué o quién complementaba la secuencia siguiente, así hasta que él miró a través de la escotilla y dijo:
- considerando nuestra situación acabamos de entrar en una borrasca favorable.
¡Semejante aparato bambolearse tanto por favor!
- Teoría para la entropía tangencial de efecto inmediato. Fase en ambivalencia a dúo. Unidad sin contexto circundante.
- ahora no, te lo suplico... ¿harías algo por tu mujercita?
- para tí hasta mi último suspiro en camino, dime
- no dejes que traigan alimentos, solo de pensarlo me viene una náusea espantosa
- tonterías, hasta los camareros se contagian de traqueteo
- ...ay, esto empeora
- menos mal, dale unas horas y verás.
Sentado en un comedor vacío evoca banalidades sabor salmón ahumado. Una cena solitaria que prácticamente la traga en compañía de dos gaviotas que parecen distantes faunos acurrucados. Las hierbas del té flotan a la deriva en un vaso de agua turbulenta.
Lee en una revista imprecisa un titular que dice algo sobre la prensa triunfalista al servicio de cierta ideología anquilosada. Género ficción testimonial. El anochecer pinta en el horizonte un gris alegórico que desorbita las cosas hacia su masa más amorfa e involuta.
*Por altoparlante: se ruega a todos los pasajeros no abandonar el camarote.
- buen provecho
- gracias.
Las joyas ruedan en la mesita de bordes cromados.
- ¿en qué piensas?
- en la inmortalidad del cangrejo, en estas circunstancias todo cliché.
Al amanecer un paseo húmedo con el gaznate seco por las cubiertas desiertas. Percibió su existencia concentrada sobre aquel sombrío horizonte marino.
Informe metereológico de la aviación naval; el KumbaMarujo navega en condiciones críticas de travesía; alerta amarilla.
Bitácoca quasi en quiasma aislacionista. Diversidad en bancarrota. Un mundo de clientes preferenciales y personalismos donde los intelectuales son materia económicamente inerte. Éxito letal por inadaptación; el futuro del bosque virgen es prosperidad que pende de la motosierra.
Amarraban los bagages, lo que no se movió crujía. Al fin logra abrir el baúl: material fotográfico, disfraces varios, un radio de onda corta cifrada y hasta un rastreador infrarrojo. Suda, librarse de eso ya era de por sí un tremendo embrollo. Para ellas otra dosis de anticinético en cuentagotas mientras a bordo, desde el último aviso de precaución, todas las luces parpadeaban.
Cuando despertó la calma conmovía. Fue el destrampe del cachalote contra las fauces de algún calamar gigante. Depredadores depredados o ni que la paciencia sea cualquier transcurso que se colme si no con mucho de lo mismo. El ahora se sintetizaba en el agua completamente tibia de la bañera. Después se hicieron el amor como si estuviesen solos.
Tras el soponcio le vino una risa voraz de una pereza incontenible. Millones de noches elaborando a cada segundo billones de bostezos, pero ellos allí, prácticos, indiferentes, exhaustos con sus pálidos mantos corticales en absoluto reposo. Era la víspera del trabajo más sencillo que jamás imaginaran.
- ¿te gusta?
- me encanta
- mimoso
- hueles a marea
- será el masaje.
Afiches de ultranza biotecnológica. Vigésimo-sexta conferencia internacional para la imposición de desechos tóxicos  hacia países en subdesarrollo del tercer mundo de segunda. El tema central es la fiebre del marasmo ictérico no se cura siquiera con nutrientes de fácil asimilación inclusive en el peor hambre, sin embargo, los expertos temen que la fiebre malsana degenere en gripe del gallinazo.
- caray, pero obvio, falta un cero a la derecha... y listo.
Aunque era un enigma resuelto sin indagación segura, todavía lo nocivo de la marejada de aproximación lanzaba hacia el trayecto del navío un oleaje superficial.
- si volvemos a salvo el jerarca podrá comprarse los homenajes que quiera
- estoy preocupada, hace tres días no leo mi horóscopo.
Hubo suerte rápida durante el desembarco. Un carroza fúnebre se accidentó provocando tal embotellamiento de tránsito en los alrededores del puerto que algunos años más tarde, aún con la duda encima, el agente le preguntaba al entonces secretario consular por aquellos lares, si tal vez había sido él quien organizara tan oportuna recepción.
- eso nunca fue mi estilo de entender la diplomacia
- no se trataba de diplomacia.
Y ambos se dieron la espalda visiblemente molestos.
Es preferible titubear que ser rastreado. Una situación sobrecalentada donde primaron el humor y la sangre frío de ellas. Burócrata sólo trabaja cuando hace huelga, era la consigna. La parte crucial eran las hebras del engendro administrativo. Además, todo bruto tiene para sí un santo en metálico a idolatrar de inmediato. Dilema entre tres mujeres temerariamente dispuestas a afrontar cualquier riesgo. Pasaron desapercibidas porque no se explica lo que luego ocurrió sin consecuencia alguna.
El flirteó con dos pasajeras ancianas mientras Rufina y las dos morenitas tomaron sitio bajo la cubierta donde se presumían estaba el canuto conteniendo un diseño completo de la planta principal y otras estructuras claves en detalle. Entonces, al salir de la escalinata fue cuando una de ellas pisó adrede un pedazo de madera desprendido que ocultaba el ingenio, en realidad un testamento interdicto de Filoteo Vaquini, contraespía muerto en el incumplimiento de deber.
- pronto, tenemos el cerrojo
- ya, date vuelta, vete.
Jugarreta casual e inverosímil. Espiral al cubo en un vaso de agua, La naturaleza crea abismos, y el hombre le inventa puentes por doquier. Fue la inmensidad misma pero la cercaron. Dueño absoluto epíteto propiedad privada persecutoria.
- es privilegio femenina dar las malas noticias
- altanero, en este caso si que te equivocas
- apenas podremos omitir lo que ha pasado
- nadie nos podrá acusar de rumbo lesivo
- aunque siga dudando de las autenticidad de estos documentos, fue un golpe de reglamentario
- descuida, todos tendremos nuestra parte en la demolición
- desde el comienzo hubo algo no encajaba
- ¿cómo qué?
- creo que nos usaron de señuelo
- solo los sobrevivientes lo sabrán
- ni te apures, por si acaso, ellas si que vivirán para callarlo.
Los figurantes camuflan el paso hacia la misma intriga, estando un modo atrás de cualquier probabilidad manifiesta, pero sus deseos penden del báratro.
Las morenitas se marcharon, por seguridad nunca tuvieron nombre. Unas cuantas miradas tristes y luego mojadas, fueron ellas quienes llevaron seguro el encargo entre sus bultos.
Después pasearon por el zoológico muy juntos de manos dadas admirando a las pobres bestias en cautiverio. Disfrutaron un helado de pistacho y algas frescas bajo la sombra añeja del abedul flotante. Fue una tarde sin desconfianzas, esa velada perfecta que recorre las inmensas rutas del ensueño. También hubo cava, pulpo encurtido, fritangas y mieles de duraznos en piel.
Aquel baile de la embajada fue el anhelado final tranquilo de una partitura a dos manos siempre inconclusa. Luz de velas en suntuosos candelabros de pared y al centro del inmenso salón una fuente inaudita iluminada desde dentro. Ella en un vestido largo de raso negro, los cabellos revueltos chispándole una magia casi primitiva, destellante. Él, como los pinguinos, muy serio. Ambos se comprometieron entonces; ella con un plenipotenciario, él de una abstracción eslava, mientras una orquestas de cámara sonsonaba primores gitanos coreografiados para la prensa y el público.

2 comentarios:

  1. El hombre es el único ser capaz de mentirse a sí mismo y vivir en el engaño. Cuanto menos se tiene qué decir más palabras hay que usar. Las palabras no están hechas para decir algo si no para esconderlo, ya que sólo con palabras se puede engañar.

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  2. “El padre y el hijo son dos. La madre y el hijo son uno” - Lao-Tsé

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